Un día como hoy, hace 432 años, se fundaba San Salvador de Jujuy, capital de la actual provincia de Jujuy. Fue un 19 de abril de 1593 cuando, por orden del adelantado español Francisco de Toledo, el capitán Francisco de Argañarás y Murguía estableció la ciudad en el fértil valle de Jujuy, a orillas del río Xibi Xibi. El acto tuvo un objetivo estratégico: afirmar el control español en una zona clave del Alto Perú, en medio de tensiones con los pueblos originarios y disputas internas entre las autoridades coloniales.

Hoy, cuatro siglos después, San Salvador de Jujuy es mucho más que un recuerdo colonial: es una ciudad vital, que conserva su espíritu tradicional al tiempo que impulsa procesos de transformación cultural, social y económica, siempre con la identidad jujeña como bandera.

Un enclave estratégico del Virreinato

La fundación de San Salvador de Jujuy no fue un hecho aislado, sino parte de una estrategia geopolítica del imperio español en el marco del Virreinato del Perú. En aquellos años, la región era un cruce de caminos entre el Alto Perú y el Río de la Plata, lo que la convertía en una zona de paso para el comercio, pero también en escenario de enfrentamientos con los pueblos originarios, que resistían el avance europeo.

La ciudad fue fundada por tercera vez en su ubicación definitiva, luego de dos intentos fallidos (en 1561 y 1575). Argañarás y Murguía eligió un sitio entre los ríos Xibi Xibi y Grande, rodeado de montañas, con vegetación abundante y clima benigno. Allí se levantó un modesto caserío, con su plaza central, su iglesia, su cabildo y sus primeras viviendas de adobe y paja.

A lo largo de los siglos XVII y XVIII, San Salvador de Jujuy tuvo un crecimiento lento pero sostenido. Fue un centro administrativo y militar, aunque subordinado a las autoridades de Salta y, más tarde, del Virreinato del Río de la Plata. Su población mestiza fue el resultado de un prolongado proceso de mezcla cultural, que aún hoy se manifiesta en sus costumbres, fiestas y saberes populares.

Cuna de resistencia en la lucha por la independencia

Durante las primeras décadas del siglo XIX, Jujuy cobró un nuevo protagonismo al convertirse en frontera clave en las guerras de la independencia. La ciudad fue paso obligado para las campañas del Ejército del Norte, y su población fue protagonista de episodios heroicos como el Éxodo Jujeño, en 1812, cuando sus habitantes, obedeciendo a Manuel Belgrano, evacuaron y quemaron la ciudad para no dejar nada útil al ejército realista que avanzaba desde el norte.

San Salvador de Jujuy fue también escenario de la jura de la Bandera Nacional, uno de los momentos fundacionales del nuevo país. En 1834, con la disolución de la provincia de Salta, Jujuy se constituyó formalmente como provincia autónoma, y San Salvador se consolidó como su capital.

Una ciudad que respira identidad y diversidad

En el presente, San Salvador de Jujuy es una ciudad de más de 300 mil habitantes, donde conviven la arquitectura colonial con los barrios populares, el folklore con las nuevas expresiones culturales, y las tradiciones indígenas con la modernidad. Es sede de universidades, centros culturales y movimientos sociales que renuevan la vida pública.

La ciudad conserva joyas patrimoniales como la Catedral Basílica, el Cabildo, el Museo Histórico Provincial y el Teatro Mitre. Pero también vibra con festivales populares como el Carnaval de Flores, las celebraciones del Día de la Pachamama, las ferias de artesanías y los encuentros de música andina.

San Salvador de Jujuy se distingue por su paisaje urbano entre cerros, sus mercados de frutas y verduras, su gastronomía regional —con platos como el locro, la humita o los tamales— y su gente cálida, que mantiene vivo un sentido de comunidad difícil de encontrar en las grandes urbes.

Desafíos del presente

Como muchas ciudades intermedias del interior argentino, San Salvador enfrenta desafíos vinculados al crecimiento urbano, la presión sobre el ambiente, el desempleo juvenil y las tensiones sociales. Pero también impulsa iniciativas de desarrollo local sustentable, como proyectos de energía solar en la región, propuestas de turismo comunitario y programas culturales que revalorizan la historia local.

El movimiento por los derechos indígenas, el feminismo jujeño, las juventudes creativas y los colectivos ambientales le están dando a la ciudad un nuevo aire, sin perder la raíz profunda que la une a la tierra, a los cerros y a las memorias ancestrales.

Una fecha para recordar y proyectar

Cada 19 de abril, Jujuy celebra con orgullo su fundación, no como una mirada al pasado congelado, sino como una oportunidad para reafirmar su identidad en el presente y construir un futuro propio, desde el norte, con dignidad, autonomía y cultura.

San Salvador de Jujuy no es solo una capital provincial: es símbolo de resistencia, mezcla y transformación, una ciudad que, a más de cuatro siglos de su fundación, sigue escribiendo su historia. Una historia tejida entre pueblos originarios, criollos, artistas, trabajadores, jóvenes y sabias abuelas que siguen enseñando, en quechua o en castellano, que la memoria es también una forma de futuro.

abril 19, 2025