El mundo académico y cultural argentino despidió a una de sus figuras más relevantes con la muerte del filósofo e historiador de las ideas Oscar Terán, quien falleció a los 70 años. Nacido en 1938, Terán dedicó su vida al análisis riguroso del pensamiento latinoamericano, a la reflexión sobre las ideologías que marcaron el siglo XX y a una intensa tarea intelectual que dejó una huella perdurable en generaciones de estudiantes, investigadores y lectores.

Con una trayectoria sólida que combinó la filosofía, la historia intelectual y la crítica cultural, Terán fue autor de obras fundamentales como Discutir Mariátegui, En busca de la ideología argentina y Nuestros años sesentas, en las que abordó con lucidez los procesos de formación de las izquierdas en América Latina, las tensiones entre cultura y política, y los avatares del pensamiento nacional.

Un pensador del contexto

Oscar Terán fue, ante todo, un pensador del contexto. Su trabajo estuvo siempre guiado por la premisa de que las ideas no flotan en el aire: se producen, circulan y se transforman en condiciones históricas específicas. En ese sentido, sus libros constituyen valiosos ejercicios de lectura crítica de los discursos políticos, filosóficos y culturales que moldearon la vida intelectual del país y del continente.

Con una escritura clara, argumentativa y profundamente documentada, Terán supo acercar temas complejos a un público amplio sin resignar profundidad. Fue un verdadero intelectual público, interesado en intervenir en los debates de su tiempo sin dejarse arrastrar por las simplificaciones del presente.

Un puente entre filosofía e historia

Una de las contribuciones más relevantes de Terán fue su capacidad para unir filosofía e historia en un mismo plano de análisis. Se interesó especialmente por la evolución del pensamiento de izquierda en América Latina, y en particular por las tensiones entre marxismo y populismo, entre proyecto revolucionario y construcción democrática.

En Discutir Mariátegui (1986), analizó críticamente la figura del pensador peruano José Carlos Mariátegui, proponiendo una relectura que lo alejaba de los mitos dogmáticos del marxismo tradicional. En En busca de la ideología argentina (1987), Terán abordó los discursos políticos e intelectuales que atravesaron la historia nacional desde una mirada rigurosa y original.

Su obra más leída, Nuestros años sesentas (1991), es considerada un clásico de la historiografía intelectual argentina. Allí reconstruye el surgimiento de la nueva izquierda en los años posteriores a la Revolución Cubana, explorando el papel que jugaron intelectuales, revistas culturales y tradiciones políticas en la transformación del pensamiento progresista.

Maestro y formador de generaciones

Además de su labor como escritor e investigador, Oscar Terán fue un docente muy apreciado por sus alumnos. Dictó clases en universidades nacionales como la de Buenos Aires (UBA) y la de Córdoba, donde formó a cientos de estudiantes en filosofía, sociología e historia de las ideas. Su método de enseñanza combinaba la exigencia académica con una actitud dialógica, que favorecía el pensamiento crítico y el respeto por la diversidad de perspectivas.

Muchos de sus discípulos hoy continúan su legado en distintas instituciones del país y del exterior, ampliando el campo de la historia intelectual y manteniendo vivo su enfoque analítico y contextual.

Un intelectual crítico de su tiempo

En los años finales de su vida, Terán se mostró crítico tanto con los dogmatismos del pasado como con las simplificaciones del presente. Advirtió sobre los riesgos de una cultura política vaciada de pensamiento, y defendió la necesidad de recuperar la dimensión reflexiva en la vida pública. En entrevistas, artículos y conferencias, insistía en el valor de las ideas como herramienta para comprender la realidad y transformarla sin caer en el sectarismo ni en el escepticismo.

Su actitud fue siempre la de un intelectual comprometido con el debate, pero alejado de toda soberbia. No buscaba tener la última palabra, sino abrir nuevas preguntas. En eso radicó buena parte de su autoridad moral y académica.

Legado y reconocimiento

A lo largo de su carrera, Oscar Terán recibió numerosos reconocimientos por su aporte a la cultura y al pensamiento crítico. Su obra es ampliamente leída y citada tanto en la Argentina como en América Latina, y su influencia es visible en numerosos campos de las ciencias sociales y humanas.

Tras su fallecimiento, múltiples instituciones académicas, colegas y lectores expresaron su pesar y destacaron la importancia de su figura. Su legado perdura no solo en sus libros, sino también en el modo de pensar las ideas: con rigor, con sensibilidad histórica y con una vocación de diálogo permanente.

En síntesis

La muerte de Oscar Terán representa la pérdida de uno de los intelectuales más importantes del pensamiento argentino contemporáneo. Su capacidad para analizar los discursos desde una mirada histórica, crítica y comprometida lo convirtió en una figura indispensable para entender los grandes debates del siglo XX en Argentina y América Latina.

Hoy, más que nunca, su obra sigue interpelando a quienes creen que las ideas no son meras abstracciones, sino herramientas fundamentales para interpretar, cuestionar y transformar la realidad. Oscar Terán no solo analizó su tiempo: lo iluminó. Y ese legado, sin duda, continúa.

marzo 21, 2025