Este 13 de junio se cumple un nuevo aniversario del nacimiento de Leopoldo Lugones, una de las figuras más influyentes de la literatura argentina y latinoamericana. Nacido en 1874 en Villa de María del Río Seco, provincia de Córdoba, su vida y obra marcaron un antes y un después en las letras hispanoamericanas, siendo considerado el precursor del modernismo en Argentina y una figura clave en el desarrollo de una identidad literaria nacional.
A 145 años de su nacimiento, su legado literario sigue siendo objeto de estudio, homenaje y debate, tanto por su innovación estilística como por sus complejas posiciones políticas e ideológicas.
Un pionero de la modernidad literaria
Leopoldo Lugones fue un autor multifacético: poeta, narrador, ensayista, periodista, político y orador. Su estilo evolucionó constantemente, desde el romanticismo juvenil hasta una madurez que combinó simbolismo, parnasianismo y modernismo. En 1897, publicó su primer libro, Las montañas del oro, obra que lo consagró como un renovador del lenguaje poético en el país.
En 1905 editó Los crepúsculos del jardín, y en 1910 su célebre Odas seculares, una obra publicada en el contexto del centenario de la Revolución de Mayo, donde el poeta celebra la nación y sus símbolos con un lenguaje solemne, erudito y cargado de referencias clásicas. Esta obra refleja el espíritu de una época que miraba hacia Europa, pero que comenzaba a forjar una voz americana propia.
Lugones también incursionó con éxito en la narrativa. Su libro Las fuerzas extrañas (1906), una colección de cuentos fantásticos y científicos, anticipa muchos de los temas que luego explorarían escritores como Jorge Luis Borges o Adolfo Bioy Casares. Allí, ciencia, religión, misterio y tecnología se entrecruzan en relatos breves que deslumbran por su originalidad.
El intelectual que influyó más allá de la literatura
Más allá de las letras, Lugones fue un personaje clave en la vida política e intelectual de su tiempo. Admirado por generaciones de escritores, fue un ferviente defensor del nacionalismo, y su figura dividió aguas por sus posturas autoritarias y su llamado a un “orden” basado en el militarismo. Su célebre discurso La hora de la espada (1924) es uno de los documentos más controvertidos del pensamiento político argentino, al proponer una salida autoritaria a la crisis institucional del país.
Fue miembro fundador de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) y director de la Biblioteca Nacional de Maestros. Su participación en la vida cultural fue intensa y constante. En 1926, fue nombrado miembro de la Real Academia Española, reconocimiento que reafirmó su lugar en el canon de la lengua.
Sin embargo, su vida personal estuvo marcada por la tragedia y las contradicciones. En 1938, afectado por problemas familiares, políticos y emocionales, se suicidó en la localidad de El Tigre, dejando una carta de despedida que aún hoy conmueve por su tono desesperado y lúcido.
Un legado tan vigente como discutido
Hoy, a más de un siglo de su nacimiento, la figura de Leopoldo Lugones continúa generando análisis y controversia. Para muchos, fue el gran iniciador de la literatura moderna argentina, un “padre fundador” que abrió caminos con su audacia verbal, su erudición y su capacidad para crear imágenes potentes. Para otros, sus posturas políticas autoritarias empañan su obra y obligan a una lectura crítica de su legado.
No obstante, resulta innegable que su influencia ha perdurado. Autores como Borges, Cortázar o incluso Ricardo Piglia han reconocido, con matices, la importancia de Lugones en la tradición literaria argentina. Su prosa, rica en recursos, y su poesía, ambiciosa en forma y fondo, son parte esencial del patrimonio cultural del país.
En este nuevo aniversario de su nacimiento, editoriales, bibliotecas y universidades lo recuerdan con lecturas, reimpresiones y charlas que invitan a volver sobre su obra. Redescubrir a Lugones es también redescubrir una parte de la historia argentina que supo soñar en grande, escribir con pasión y pensar, a veces con dolor, su destino.