Un día como hoy, el 17 de abril de 1951, se fundaba oficialmente el Instituto Antártico Argentino (IAA), la primera institución científica en el mundo dedicada exclusivamente al estudio del continente antártico. La creación de este organismo marcó un hito histórico no solo para la ciencia argentina, sino también para la proyección del país en la política internacional y en la defensa de su presencia en la región más austral del planeta.
Hoy, 74 años después, el Instituto sigue siendo un referente global en investigación polar, con un rol central en las políticas de soberanía, cooperación científica y preservación ambiental que caracterizan la presencia argentina en la Antártida.
Un nacimiento visionario
La creación del Instituto Antártico Argentino fue impulsada durante la presidencia de Juan Domingo Perón, en un contexto de creciente interés internacional por el continente blanco. El decreto de su fundación fue firmado el 17 de abril de 1951 y designó como primer director al visionario científico y militar general Hernán Pujato, quien se convertiría en uno de los pioneros de la presencia científica y estratégica argentina en la región.
Pujato había viajado a Estados Unidos y Canadá para formarse en técnicas de supervivencia polar y convenció al gobierno argentino de que el país debía tener un papel activo en la exploración y ocupación científica de la Antártida. Gracias a su empuje, Argentina fue el primer país del mundo en contar con un instituto nacional dedicado exclusivamente a estudios antárticos, y poco después se estableció la base científica San Martín, la primera en el sector occidental de la península antártica.
Ciencia al servicio de la soberanía
Desde su origen, el Instituto Antártico Argentino combinó una vocación científica con una fuerte dimensión geopolítica. A través de la investigación, la presencia permanente y la cooperación internacional, Argentina ha buscado afirmar su reclamo soberano sobre el sector antártico argentino, que forma parte integral de su política exterior.
A lo largo de estas décadas, el IAA ha sido responsable de la coordinación científica de las campañas antárticas, la planificación de estudios en campos como la glaciología, la oceanografía, la biología marina, la climatología, la geología y la atmósfera, y el entrenamiento de personal técnico y científico para las bases instaladas en la región.
Actualmente, la Argentina mantiene trece bases antárticas, seis de ellas permanentes, y el Instituto continúa siendo el principal organismo responsable de definir los lineamientos científicos y técnicos de esta presencia ininterrumpida que se remonta a más de 120 años.
Un modelo de cooperación internacional
Desde 1959, con la firma del Tratado Antártico, Argentina ha sido un actor central en los procesos de cooperación internacional en la región. El Instituto Antártico Argentino juega un papel clave en este entramado, participando en programas conjuntos con países como Chile, Alemania, Estados Unidos, Reino Unido y Rusia, entre otros.
A través del Programa Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas Antárticas (PNICTA), dependiente de la Dirección Nacional del Antártico (DNA), el IAA coordina cada año decenas de proyectos que reúnen a investigadores nacionales e internacionales.
Además, sus aportes son clave para la comprensión del cambio climático y sus efectos en el planeta, ya que la Antártida funciona como un laboratorio natural único, cuyos datos son fundamentales para el estudio del calentamiento global, la biodiversidad y los patrones atmosféricos.
Ciencia, educación y futuro
El IAA no solo produce conocimiento científico, sino que también difunde y promueve la educación antártica en todo el país. A través de publicaciones, exposiciones, talleres y programas educativos, el Instituto trabaja para acercar la Antártida a las escuelas, los jóvenes y el público general, fortaleciendo el vínculo entre el pueblo argentino y este territorio extremo que forma parte de su identidad geográfica y simbólica.
Con sedes en Buenos Aires y en Tierra del Fuego, y en coordinación con universidades y organismos científicos como el CONICET, el IAA prepara nuevas generaciones de investigadores, técnicos y logísticos que cada año participan en las campañas de verano e invierno en el continente blanco.
Un aniversario para reafirmar el compromiso
En este nuevo aniversario, el Instituto Antártico Argentino reafirma su vocación científica, su compromiso ambiental y su papel estratégico en el marco de una política de Estado que ha sido sostenida por diferentes gobiernos a lo largo de las décadas. Su historia es también una historia de esfuerzo colectivo, de trabajo en condiciones extremas, de pasión por el conocimiento y de defensa de la soberanía nacional.
Como cada 17 de abril, este aniversario es una oportunidad para mirar hacia atrás con orgullo, y hacia adelante con responsabilidad. Porque en el corazón helado del sur, Argentina late con ciencia, cooperación y presencia permanente, gracias al trabajo incansable del Instituto Antártico Argentino.
Hoy, a 74 años de su fundación, la misión continúa: seguir estudiando, protegiendo y representando a la Argentina en el continente más inhóspito, frágil y fascinante del planeta.