El juzgado de Daniel Rafecas localizó una base operativa de la SIDE que se usó como lugar de detención y torturas después de que se desmontó Automotores Orletti.
Juan Ramón Nieto Moreno estaba a cargo del Departamento de Contrainteligencia de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE). En febrero de 1977, recibió en su despacho de la central de espías a Aníbal Gordon. Le fue a contar que con algunos de los hombres que operaban en Automotores Orletti, el centro clandestino que debió desmontarse después de la fuga de una pareja en los primeros días de noviembre de 1976, habían conformado un nuevo grupo y tenía una nueva “cueva”, como en el inframundo de los servicios se conocían las bases operativas.
En marzo de 1977, Nieto Moreno visitó el local ubicado en la esquina de Gregorio Pomar y Chiclana, que hasta ahora no había podido identificarse y que, para el juez federal Daniel Rafecas, fue el tercer centro clandestino de detención que regenteó la SIDE después de la base de la calle Bacacay –localizada en 2020– y de Orletti.
“Se utilizó esa base para algunas actividades operacionales y como lugar de detención transitorio e interrogatorio de prisioneros de la SIDE”, reconoció en 1977 el mismo Nieto Moreno al declarar en un sumario que inició el Ejército por el secuestro de un agente de Bolsa que fue llevado a la base de la calle Pomar.
Unas quince personas operaban en la base de la calle Pomar, según dijo Honorio Carlos “Pájaro” Martínez Ruiz, otro de los represores de la SIDE. Uno de ellos era César Estanislao Albarracín, que también brindó su testimonio en el mismo sumario. Entre otras cosas dijo que el local tenía un teléfono y aportó el número: 922-4997.
El número de teléfono y el mes de febrero fueron datos fundamentales para que, 45 años después, la Justicia pudiera dar por acreditado que en esa propiedad de Pomar al 4171/73 funcionó un centro clandestino.