En un fallo contundente, el exesposo de la modelo y conductora Julieta Prandi fue condenado este miércoles a 19 años de prisión tras ser hallado culpable de múltiples delitos vinculados a violencia de género. La justicia determinó que el hombre incurrió en abuso sexual con acceso carnal reiterado, violencia psicológica, violencia económica y amenazas, en el marco de una causa iniciada a partir de la denuncia presentada por Prandi en 2019.
La sentencia fue dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal N°3 de San Isidro, que también ordenó la inmediata detención del imputado y su incorporación al Registro Nacional de Personas Condenadas por Delitos contra la Integridad Sexual, además del pago de las costas del proceso judicial.
Durante el juicio, que se extendió por varias jornadas, se escucharon testimonios clave y se presentaron pruebas que evidenciaron una situación prolongada de maltrato, sometimiento y violencia sistemática ejercida sobre la víctima. La acusación estuvo centrada en hechos que ocurrieron durante los años de convivencia entre la pareja y que, según el fallo, generaron daños profundos tanto físicos como psicológicos.
Julieta Prandi, que asistió a las audiencias acompañada por su equipo legal y profesionales en acompañamiento a víctimas de violencia de género, sostuvo una postura firme desde el comienzo del proceso judicial. “No fue fácil llegar hasta acá, pero nunca me corrí del camino. Esto no es solo por mí, es por mis hijos y por todas las mujeres que necesitan saber que la Justicia puede responder”, expresó la conductora tras conocerse el veredicto.
El caso tomó estado público en 2019, cuando Prandi decidió hablar abiertamente sobre los abusos que había sufrido durante su matrimonio con Claudio Contardi, con quien tuvo dos hijos. Desde entonces, enfrentó un complejo proceso legal que incluyó denuncias cruzadas, medidas cautelares y un prolongado litigio por la tenencia y cuidado de sus hijos. La condena de esta semana representa un punto de inflexión en esa historia.
Según se desprende de la investigación, los abusos sexuales y la violencia de distinto tipo fueron cometidos de manera reiterada a lo largo del vínculo matrimonial. El tribunal consideró acreditado no solo el abuso con acceso carnal, sino también un entramado de violencia económica y psicológica que tuvo consecuencias severas para la vida de la denunciante.
“Estamos ante un fallo ejemplar, que reconoce la gravedad de la violencia de género en todas sus formas. Es un paso hacia una justicia más sensible y comprometida con los derechos de las víctimas”, indicó una de las abogadas de Prandi, quien también valoró el acompañamiento de organizaciones especializadas en violencia contra las mujeres durante todo el proceso.
Además del cumplimiento efectivo de la pena, la inclusión del condenado en el registro de abusadores sexuales implica una serie de restricciones y obligaciones, como la notificación a organismos estatales, limitaciones de contacto con menores y la imposibilidad de acceder a ciertos beneficios penitenciarios sin cumplir criterios específicos.
Desde el entorno de Prandi, se destacó la importancia del fallo no solo como reparación personal, sino como un precedente en la lucha contra la impunidad en los casos de violencia familiar. “Muchísimas mujeres viven lo mismo y no pueden hablar, o cuando lo hacen no son escuchadas. Julieta fue valiente, y esto demuestra que, aunque tarde, la justicia puede llegar”, expresó una allegada a la conductora.
A su vez, distintas figuras del espectáculo, del feminismo y del ámbito judicial se expresaron en redes sociales apoyando el fallo. El caso, que durante años fue seguido con atención por la opinión pública, reabre el debate sobre la necesidad de reformar procesos judiciales que aún presentan obstáculos para las víctimas de violencia de género.
Prandi, que actualmente conduce un programa radial y participa activamente en campañas de concientización, aseguró que continuará trabajando para visibilizar estas problemáticas. “Este fallo no borra el pasado, pero marca un antes y un después. No me vencieron. Hoy puedo decir que se hizo justicia”, declaró en sus redes sociales.
La sentencia aún puede ser apelada por la defensa del condenado, aunque por el momento se encuentra detenido y a disposición del Servicio Penitenciario. El caso representa una nueva señal de que los delitos de violencia de género, incluso aquellos cometidos dentro del ámbito privado y familiar, ya no quedan impunes en la Argentina.