Este 28 de mayo se conmemora una vez más el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, una jornada que busca poner en el centro del debate global la necesidad de garantizar el acceso equitativo y universal a la salud en todas sus dimensiones: física, mental, emocional y social. Esta fecha, instituida en 1987 por la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe (RSMLAC), se ha convertido en un llamado urgente y constante a los gobiernos, instituciones y comunidades para priorizar políticas públicas que reconozcan los derechos sexuales y reproductivos como parte fundamental de la salud integral de las mujeres.
Un día para reivindicar derechos
A lo largo de las décadas, el 28 de mayo ha sido mucho más que una efeméride: se ha consolidado como una plataforma de acción y conciencia, donde organizaciones feministas, activistas por los derechos humanos, profesionales de la salud y colectivos de mujeres levantan la voz para denunciar desigualdades y exigir respuestas concretas a problemáticas estructurales.
La salud de las mujeres no puede reducirse a lo biológico. Implica también el acceso libre y seguro a métodos anticonceptivos, la posibilidad de decidir sobre el propio cuerpo, la atención médica libre de violencia obstétrica, la erradicación de prácticas discriminatorias, y la atención integral a víctimas de violencia de género. En muchos países del mundo, estos derechos aún son vulnerados o se encuentran bajo amenaza, lo que convierte a esta fecha en un día clave para renovar los compromisos internacionales y visibilizar las luchas que aún persisten.
Salud sexual y reproductiva: un pilar innegociable
La salud sexual y reproductiva ocupa un lugar central en esta jornada. Se trata de un derecho humano esencial, estrechamente ligado a la autonomía corporal y al desarrollo personal, social y económico de las mujeres.
En América Latina, se han registrado avances significativos en los últimos años, como la legalización del aborto en Argentina en 2020, una conquista histórica para el movimiento de mujeres que marcó un punto de inflexión regional. Sin embargo, los desafíos persisten, especialmente en contextos atravesados por pobreza, discriminación étnica o falta de infraestructura sanitaria.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 800 mujeres mueren cada día en el mundo por causas prevenibles relacionadas con el embarazo y el parto. La mayoría de estos casos ocurre en países en desarrollo, y muchas de esas muertes podrían evitarse con acceso adecuado a servicios de salud, educación sexual integral y atención oportuna.
El rol clave de los movimientos sociales
El avance de los derechos vinculados a la salud de las mujeres ha sido posible gracias al trabajo incansable de organizaciones sociales, profesionales de la salud comprometidos, comunicadoras, docentes y activistas. Desde campañas por el acceso gratuito a productos menstruales hasta redes de acompañamiento en interrupción voluntaria del embarazo, las mujeres han desarrollado estrategias comunitarias y solidarias para suplir las falencias del sistema.
En este 28 de mayo, colectivos de todo el mundo organizan charlas, talleres, marchas y actividades de difusión para seguir construyendo conciencia y generar presión social en favor de políticas públicas con enfoque de género.
Una mirada interseccional
El Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres también invita a pensar en la salud desde una perspectiva interseccional, reconociendo que no todas las mujeres enfrentan los mismos obstáculos. Las mujeres indígenas, afrodescendientes, migrantes, trans y con discapacidad suelen vivir múltiples formas de exclusión y violencia dentro del sistema de salud.
Visibilizar estas realidades es fundamental para construir sistemas más justos, empáticos y efectivos. La salud debe ser un derecho garantizado para todas, sin importar su origen, condición social, orientación sexual o identidad de género.
Compromiso y futuro
A 38 años de su creación, esta jornada sigue más vigente que nunca. En un mundo donde los derechos ganados a veces retroceden, el 28 de mayo nos recuerda que la salud de las mujeres es un tema político, ético y social. Es un derecho que no admite demoras, silencios ni postergaciones.
Mientras tanto, cada consulta respetuosa, cada política pública con perspectiva de género, cada espacio de escucha y cuidado construye el camino hacia una sociedad más equitativa. Una sociedad donde cuidar la salud de las mujeres no sea una excepción, sino una prioridad sostenida.