En una sesión marcada por la rapidez y un tratamiento express, la Cámara de Diputados dio media sanción a un proyecto que suspende por un año las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), un mecanismo electoral que desde su creación en 2009 ha definido el calendario político argentino. La iniciativa impulsada por el oficialismo del partido La Libertad Avanza y con el apoyo de diversos aliados y sectores de la oposición fue aprobada por 162 votos a favor, 55 en contra y 28 abstenciones, marcando una clara mayoría parlamentaria que anticipa un rápido aval del Senado antes de la finalización de las sesiones extraordinarias previstas para el 21 de febrero.
La suspensión de las PASO, una de las principales reformas impulsadas por el gobierno de Javier Milei desde que asumió en diciembre de 2024, ha generado un profundo debate entre los actores políticos y la sociedad. La medida, que solo será válida para las elecciones de este año, no cambia el sistema electoral en su totalidad, pero sí plantea un importante ajuste en los procedimientos para la elección de candidatos, eliminando la tradicional instancia de primarias que había sido adoptada para abrir la participación política y garantizar que los votantes eligieran a los postulantes de cada fuerza antes de las elecciones generales.
El oficialismo y sus aliados argumentaron que esta suspensión se enmarca en la necesidad de reducir los costos del proceso electoral en un contexto de crisis económica, y presentaron el proyecto como una solución rápida para evitar lo que consideran un gasto innecesario. Sin embargo, los sectores opositores y varios analistas políticos señalan que esta suspensión podría tener implicaciones más profundas sobre la competitividad electoral y la transparencia del sistema.
Un tratamiento exprés en Diputados
El proyecto de suspensión fue debatido y aprobado en menos de 72 horas, un procedimiento acelerado que dejó poco espacio para un debate exhaustivo sobre sus implicancias. A pesar de la rapidez del trámite, el gobierno logró una contundente mayoría a favor de la iniciativa, superando con comodidad las críticas de los sectores opositores que cuestionaron tanto la celeridad del tratamiento como los posibles efectos a largo plazo sobre la democracia.
En la sesión, los representantes del oficialismo se centraron en la necesidad de concentrar los esfuerzos del Estado en los comicios generales, dejando de lado la instancia intermedia de las primarias. También destacaron la carga económica que representa organizar las PASO en un contexto fiscal complicado, y subrayaron que esta medida será temporal, aplicándose solo para las elecciones de 2025.
Sin embargo, los opositores advirtieron que, aunque la suspensión sea puntual, esta reforma podría convertirse en un precedente peligroso para futuras modificaciones del sistema electoral. Los legisladores del Frente de Todos, en particular, se mostraron alarmados por el posible uso político de la medida, temiendo que el oficialismo busque obtener ventajas electorales a través de la eliminación de un espacio de competencia interna entre las fuerzas políticas.
A pesar de las críticas, la mayoría en el Congreso se mostró favorable al proyecto, impulsado también por algunos legisladores de la coalición opositora que coinciden con el oficialismo en la necesidad de reducir el costo de las elecciones.
Un sistema electoral que se ajusta en tiempos de crisis
En las últimas semanas, diversos sectores de la sociedad y la política han discutido las implicancias de la suspensión de las PASO. El argumento más fuerte del gobierno es que la medida permitirá reducir el gasto público, una propuesta que se presenta como una respuesta ante las tensiones fiscales que atraviesa el país. Javier Milei, el presidente de la Nación, ha sido claro en que la reforma electoral no es un ataque a la democracia, sino una medida para simplificar el proceso en un contexto difícil.
Desde el oficialismo, también se planteó que la suspensión temporal de las PASO no significa que la democracia esté en riesgo, sino que responde a una necesidad práctica en un momento excepcional. La importancia de la política económica y social, según los voceros del gobierno, debe prevalecer sobre las estructuras tradicionales del sistema electoral, y la medida apunta a liberar recursos que serán destinados a la atención de otros problemas más urgentes.
Por otro lado, la oposición no dejó pasar la oportunidad de alertar sobre lo que consideran una disminución de la competencia política. Para muchos, la eliminación de las PASO priva a los votantes de la posibilidad de elegir entre diferentes candidatos dentro de cada fuerza política antes de las elecciones generales. Esto, según los opositores, podría favorecer a las estructuras partidarias más grandes, limitando las opciones para los votantes y reduciendo la capacidad de las fuerzas minoritarias para competir de manera efectiva.
Más allá de las diferencias políticas, lo que ha quedado claro es que la suspensión de las PASO para este año no es un tema que se agote con la votación en la Cámara de Diputados. El Senado, donde el oficialismo también goza de una mayoría, tendrá que analizar el proyecto en detalle, y aunque se espera que la sanción se confirme rápidamente, los efectos de la medida podrían prolongarse en la discusión pública durante los próximos meses.
Reacciones de los actores políticos
El proyecto de ley tuvo una recepción mixta entre los distintos sectores políticos, lo que refleja las tensiones internas dentro de las principales fuerzas políticas. Por un lado, legisladores del oficialismo y de partidos aliados celebraron la aprobación del proyecto como una medida que ayudará a agilizar el proceso electoral y a reducir los gastos asociados a las elecciones. «Es una respuesta responsable a una situación financiera compleja», afirmó un vocero del bloque oficialista, destacando la necesidad de concentrar los recursos en las elecciones generales.
No obstante, entre los opositores, en particular dentro del Frente de Todos, hubo una fuerte resistencia. La diputada Victoria Donda, una de las voces críticas más fuertes, señaló que la suspensión de las PASO «limita la democracia interna de los partidos políticos» y «reduce las posibilidades de que las nuevas opciones políticas puedan hacerse escuchar». Además, algunos dirigentes de la izquierda alertaron sobre el impacto que esta medida podría tener sobre la pluralidad política en el país, al cerrar el espacio de competencia en una instancia clave.
El Senado, el próximo paso
Con la media sanción ya obtenida en Diputados, la atención ahora se dirige al Senado, donde se espera que el proyecto sea tratado con la misma celeridad. El Senado, controlado en su mayoría por el oficialismo, tiene un plazo ajustado hasta el 21 de febrero para ratificar la medida, dado que las sesiones extraordinarias concluyen en esa fecha. Fuentes cercanas al gobierno aseguraron que la votación en el Senado será una formalidad, y que no se anticipan cambios sustanciales al texto aprobado en Diputados.
Sin embargo, en la Cámara alta se especula con la posibilidad de introducir algunos ajustes menores, aunque es improbable que se detenga el proceso. La agenda política en el Senado está marcada por otros proyectos importantes, pero el gobierno de Javier Milei ve en la suspensión de las PASO una victoria clave en su propuesta de reforma electoral y en su estrategia para enfrentar la crisis económica.
El impacto en el proceso electoral de 2025
La suspensión de las PASO tendrá efectos inmediatos sobre el proceso electoral de 2025, particularmente en la manera en que los partidos definirán a sus candidatos. En ausencia de las primarias, los partidos deberán definir sus listas de manera interna, ya sea por consenso o a través de otros mecanismos que podrán variar según cada fuerza política. Este cambio altera un proceso clave en la democracia argentina, ya que las PASO se presentaban como una instancia democrática fundamental para definir qué candidatos llegarían a las elecciones generales.
Las repercusiones para las fuerzas minoritarias y emergentes son claras. Sin las PASO, los partidos más pequeños y las coaliciones tendrán menos oportunidades de medirse en una etapa preliminar y podrían enfrentar dificultades para posicionar a sus candidatos frente al electorado. Esto, según analistas políticos, podría profundizar las desigualdades dentro del sistema político, beneficiando a las estructuras más consolidadas.
El futuro electoral de Argentina depende ahora de cómo se desarrolle esta medida y de la capacidad de los partidos políticos para adaptarse a un sistema sin primarias. A medida que se acerca la fecha de las elecciones, el debate sobre la suspensión de las PASO continuará siendo un tema de discusión crucial en el país.