En su intento por desburocratizar y facilitar el comercio exterior, el Gobierno Nacional decidió eliminar el Sistema de Capacidad Económica Financiera (CEF), una herramienta que durante años funcionó como una especie de filtro para decidir quién podía importar y quién no. Con esta medida, se busca hacerles la vida más fácil a los importadores y a las industrias que dependen de insumos del exterior.

Hasta ahora, si una empresa quería importar, tenía que pasar por el CEF, donde se analizaba su situación financiera: ingresos, deudas, patrimonios, movimientos… todo. El problema es que el sistema muchas veces frenaba operaciones sin una justificación clara, y se volvió un verdadero obstáculo para muchos sectores. Lo que se vendía como un mecanismo de control se transformó, en la práctica, en una traba que generaba incertidumbre y complicaciones.

Con la Resolución General Conjunta 5478/2024, firmada por la Secretaría de Comercio y la AFIP, el Ejecutivo dejó sin efecto este trámite. La idea es que ahora los importadores tengan más libertad y menos arbitrariedad estatal a la hora de acceder a insumos y bienes del exterior, algo clave sobre todo para los fabricantes locales, que muchas veces necesitan piezas o materias primas que no se producen en el país.

¿Qué cambia con esta medida?

En pocas palabras: antes necesitabas una especie de «permiso financiero» para importar. Ahora, eso ya no corre. Eliminar el CEF es un paso más en el proceso de desarmar el viejo sistema de control sobre las importaciones, que incluía también las SIRAs (Sistema de Importaciones de la República Argentina) y las Licencias No Automáticas.

Todo esto se está reemplazando por una nueva plataforma llamada SEDI (Sistema Estadístico de Importaciones). A diferencia de los anteriores, SEDI no exige aprobaciones previas ni evaluaciones subjetivas. Su función es meramente estadística, es decir, permite que el Gobierno siga monitoreando lo que entra al país, pero sin trabar el proceso ni condicionar a los importadores.

El cambio de enfoque es claro: el Gobierno quiere que el comercio exterior sea más predecible, simple y rápido, sin tantas vueltas burocráticas ni controles que muchas veces terminaban siendo discrecionales.

¿Qué impacto tiene esto?

Para muchas empresas, sobre todo pymes que dependen de componentes importados para producir, la eliminación del CEF es una buena noticia. Significa que ya no tendrán que presentar papelerío extra ni esperar evaluaciones financieras para traer algo del exterior. Eso se traduce en menos demoras, menos costos y más previsibilidad para planificar compras y producción.

Además, al sacar al Estado del medio en estos procesos, se reduce el riesgo de que haya «dedazo» o arbitrariedad, es decir, que se apruebe a unos sí y a otros no sin razones claras. Ahora, mientras tengas los fondos y cumplas con las normas básicas, vas a poder importar sin trabas extra.

Claro que no todo el mundo está de acuerdo con este enfoque. Algunos sectores temen que abrir las importaciones sin tanto control pueda afectar a la industria nacional, pero desde el Gobierno aseguran que el objetivo no es fomentar la competencia desleal, sino destrabar el acceso a insumos esenciales para producir más y mejor en el país.

¿Qué es el SEDI?

El SEDI, el sistema que reemplaza a las viejas SIRAs, no interviene en las operaciones comerciales. Es un sistema de registro y análisis que permite tener una foto clara del flujo de importaciones, pero sin frenar o condicionar la actividad. El Gobierno va a seguir teniendo información en tiempo real sobre qué se importa, cuánto y a qué precio, pero sin necesidad de autorizar cada operación.

Esto, en teoría, mejora la transparencia, evita la discrecionalidad y agiliza todo el proceso. Además, le permite al Estado hacer políticas basadas en datos reales, sin poner palos en la rueda a los importadores.

enero 10, 2024