La crisis política y financiera desatada por el escándalo del fraude con la criptomoneda $LIBRA tiene como protagonista central al presidente Javier Milei, quien este lunes rompió su silencio con una entrevista realizada en la señal de noticias TN, desde la Casa Rosada. En una entrevista con un tono que osciló entre la verborragia característica y la autodefensa, el mandatario intentó minimizar su responsabilidad en el entramado que derivó en la estafa a miles de inversores a nivel global.

Si bien Milei reconoció haber cometido “errores” en la gestión y difusión del proyecto, se esforzó por desmarcarse de las acusaciones que lo vinculan directamente con la operatoria fraudulenta. “Yo no lo promocioné, sólo lo difundí”, aseguró, en una defensa que sin embargo quedó muy lejos de despejar las dudas y críticas que pesan sobre su actuación, sobre todo por su rol clave en la visibilización temprana de $LIBRA, que impulsó la confianza de miles para invertir.

El inicio del escándalo: ¿difusión o promoción?

Uno de los aspectos más cuestionados por analistas y denunciantes fue que Milei fue el primer rostro público de peso que publicó un mensaje sobre $LIBRA apenas minutos después de su creación, lo que desató un efecto multiplicador entre seguidores, inversores y el público general. La defensa presidencial, sin embargo, intenta distinguir entre “promocionar” y “difundir” para eludir responsabilidades legales y éticas.

No obstante, el mandatario omitió mencionar que sin su respaldo inicial, la criptomoneda difícilmente hubiera captado la atención y la inversión que derivaron en la estafa. En sus declaraciones, además, negó haber recibido dinero o beneficios personales a cambio de utilizar su cuenta oficial para amplificar el mensaje, aunque esta versión choca con la denuncia pública del ingeniero estadounidense Charles Hoskinson, uno de los pioneros en blockchain, quien afirmó que funcionarios argentinos pidieron coimas para facilitar negocios similares.

Relaciones y contactos: la trama detrás del fraude

Durante la entrevista, Milei reconoció haber dialogado con Hayden Davis, señalado como el cerebro de la operación y propietario de la firma Kelsier Ventures, empresa no autorizada para operar como agente financiero en Estados Unidos. La conversación habría ocurrido durante el Tech Forum en octubre de 2024, con el empresario argentino Mauricio Novelli actuando como intermediario.

Sin embargo, el Presidente no profundizó en por qué desconocía la irregularidad de la firma ni por qué decidió involucrarse en un negocio con tantos indicios dudosos. “Fue un error”, admitió, pero aclaró que recién cuando el valor de $LIBRA cayó a cero decidió borrar su tuit inicial, intentando marcar una distancia posterior con la iniciativa.

El discurso presidencial: una defensa con omisiones

A lo largo de la entrevista, el tono de Milei intentó mostrarse como un entusiasta tecnológico que fue engañado en sus buenas intenciones. “El propio Hayden Davis dice que yo de criptomonedas no sé nada”, afirmó, para luego concluir que fue víctima de una estafa y que “se comió un cachetazo” por querer ayudar a emprendedores argentinos.

En varias ocasiones, sostuvo que invertir en criptomonedas es “como ir al casino”, y que los involucrados eran personas “híper calificadas” que sabían el riesgo que asumían, en una suerte de justificación que busca desligar su rol presidencial y la responsabilidad pública de su persona.

También intentó relativizar el impacto del fraude: aseguró que los afectados fueron “solo 5 mil personas” y no los 44 mil que se especulan, y que probablemente “con suerte, solo 5” sean argentinos. Estas afirmaciones fueron recibidas con escepticismo por expertos y víctimas, ya que minimizan el daño social y económico del episodio.

“Una muralla” para evitar filtraciones

Un momento revelador fue cuando Milei se refirió a la necesidad de construir “murallas” para protegerse y evitar que personas ajenas o poco confiables accedan a él. Habló de la importancia de blindar su círculo y que los asuntos que lleguen a su despacho “ya estén resueltos”. Esto se interpreta como una autocrítica al modo en que manejó las relaciones y la confianza con los protagonistas del escándalo, especialmente tras admitir que mantuvo reuniones personales en Olivos con Davis y otros actores involucrados.

Respecto a Novelli, reconoció una relación de larga data, recordando que fue alumno en una academia suya y que él mismo armó la reunión tecnológica donde se gestó parte del entramado.

Ataques a la oposición y defensa política

El presidente también dedicó parte de la entrevista a atacar a la oposición política, en particular a Cristina Fernández de Kirchner, a quien calificó de “estafadora” y “chorra”, señalando las causas judiciales en su contra y cuestionando su legitimidad para criticarlo.

En una clara estrategia para desviar la atención de las denuncias sobre el escándalo de $LIBRA, afirmó que la oposición está “nerviosa” y que su imagen pública está en alza debido a sus promesas cumplidas, especialmente en materia económica, como la baja de la inflación.

Lo que quedó sin responder

A pesar de casi una hora de entrevista, muchos interrogantes quedaron sin respuesta:

  • ¿Cuál fue el detalle exacto de la ingeniería financiera detrás de $LIBRA y quiénes fueron los responsables operativos?

  • ¿Existió coordinación previa con Davis para el lanzamiento del proyecto a través de sus redes?

  • ¿Por qué Davis exigió 48 horas para decidir qué hacer con ganancias millonarias obtenidas?

  • ¿Cuáles son las evidencias concretas sobre los supuestos pedidos de coimas?

  • ¿Qué rol exacto tuvieron funcionarios del gobierno en el negocio?

Las denuncias penales avanzan en tribunales locales y también en Estados Unidos, con la intervención del FBI, mientras la Oficina Anticorrupción argentina fue convocada para investigar a fondo el escándalo.

Conclusión: un capítulo abierto en la crisis política

La entrevista de Milei dejó en claro que, pese a su discurso desafiante y autodefensivo, la crisis que desató el escándalo de $LIBRA no se resuelve con palabras. El presidente buscó presentar la estafa como un malentendido o un error de buena fe, pero la magnitud del daño económico y reputacional pone en jaque su figura.

Las investigaciones seguirán su curso, y la sociedad espera respuestas claras y responsabilidades concretas para que episodios como este no vuelvan a repetirse. Mientras tanto, Milei deberá lidiar con un escenario cada vez más hostil y una credibilidad en declive, en un contexto político que se tensa con el correr de los días.

febrero 18, 2025