El fin de semana que La Libertad Avanza preferiría olvidar marcó un punto de inflexión para la presidencia de Javier Milei. Más de 100 denuncias acumuladas en su contra por la polémica estafa multimillonaria vinculada a la criptomoneda $LIBRA pusieron en jaque no sólo su imagen pública, sino también la estabilidad política del Gobierno, que ahora debe afrontar además múltiples pedidos de juicio político en el Congreso, donde se evalúa incluso la conformación de una comisión investigadora.
Lo que parecía un escándalo acotado a un sector específico del mundo financiero explotó con repercusiones internacionales, al punto que destacados referentes del ecosistema cripto, como Charles Hoskinson —fundador de Cardano y figura de enorme peso en la industria—, denunciaron prácticas ilegales y coimas para acceder a una reunión con el Presidente. A esto se sumó Hayden Mark Davis, fundador de Kelsier, la empresa detrás del desarrollo tecnológico de $LIBRA, quien confirmó haber sido asesor directo de Milei y afirmó que el mandatario “respaldó y promovió activamente” el proyecto.
Desde la Casa Rosada, sin embargo, la estrategia ha sido minimizar la gravedad del asunto, desplegando un relato basado en la negación y el distanciamiento de Milei frente a la estafa, aunque las pruebas y testimonios acumulados dificultan cualquier intento de zafar sin consecuencias políticas.
La caída de una narrativa: el escándalo que amenaza la presidencia
El origen de esta crisis se remonta a finales de 2024, cuando la criptomoneda $LIBRA, lanzada con gran expectativa, comenzó a mostrar irregularidades y denuncias de estafa masiva contra inversores, muchos de ellos seguidores fieles de Milei que vieron en el proyecto una oportunidad para participar en un emprendimiento que prometía “libertad financiera” bajo un gobierno que se presentaba como rupturista frente al statu quo económico tradicional.
En medio de ese entusiasmo inicial, el propio Presidente había utilizado sus redes sociales para promocionar el lanzamiento, generando un respaldo público que hoy se vuelve en su contra. En octubre de 2024, durante un Tech Forum, Milei se mostró optimista respecto al potencial de $LIBRA, y posteriormente mantuvo reuniones oficiales con los representantes del proyecto en Argentina, según consta en el Registro de Audiencias Públicas.
Pero cuando las denuncias comenzaron a multiplicarse y la estafa salió a la luz, el Presidente intentó deslindarse con un primer mensaje donde aseguraba no estar “interiorizado de los pormenores del proyecto”, borrando luego sus publicaciones y tratando de poner distancia. Este intento de encubrimiento solo generó más desconfianza, al punto de que el entorno oficial tuvo que admitir la existencia de encuentros entre Milei y los impulsores de $LIBRA en Casa Rosada, contradiciendo la narrativa inicial.
Testimonios explosivos: Davids y Hoskinson revelan las internas del escándalo
El domingo, el escándalo dio un salto cualitativo con la declaración pública de Hayden Mark Davis, fundador de Kelsier, quien confirmó su rol de asesor del Presidente y detalló que “Milei inicialmente respaldó y promovió activamente el proyecto”, pero que luego el mandatario “incumplió con los compromisos previos”, retirando su apoyo y borrando sus mensajes de respaldo sin explicación. Davids defendió además a Julian Peh, principal patrocinador de $LIBRA, a quien acusó de ser injustamente señalado como responsable de la estafa.
Por otro lado, Charles Hoskinson denunció públicamente que miembros del entorno presidencial le exigieron coimas para facilitarle una reunión con Milei, una acusación grave que pone en entredicho la integridad del gobierno. Hoskinson afirmó que el Presidente fue “utilizado para ganar mucho dinero y luego abandonado para limpiar el desastre”. Desde la Casa Rosada, la respuesta oficial a estas acusaciones fue tajante: “Que haga la denuncia formal, que diga con quién, cuándo y dónde”, calificando al denunciante como “delirante”, a pesar de que existe una foto pública de Hoskinson con Milei durante el Tech Forum.
La defensa oficial: entre la negación y la búsqueda de ganar tiempo
Frente al creciente malestar social y político, la estrategia oficial se basa en tres ejes. Primero, minimizar la participación directa de Milei, asegurando que él no formó parte en la elaboración ni gestión de la criptomoneda, sino que solo tuvo un rol inicial de “promoción” y “escucha” a emprendedores. Segundo, presentar la creación de una “Unidad de Tareas de Investigación” en la órbita presidencial, que involucra a la Oficina Anticorrupción y otros organismos, para investigar el lanzamiento de $LIBRA y determinar responsabilidades, intentando así mostrar un compromiso con la transparencia. Por último, sostener que las denuncias son “políticas” y que se busca dañar al Gobierno en el contexto de un año electoral.
Sin embargo, expertos en criptoactivos y en economía financiera advierten que esta unidad de investigación carece de poder real para rastrear las transacciones ni revertir la estafa, y califican como “imposible” la anunciada trazabilidad de los compradores de la moneda. Esto genera dudas sobre la eficacia real de las medidas anunciadas y alimenta la sospecha de que se trata más de un movimiento para ganar tiempo y descomprimir la presión social y política.
La presión política y judicial: pedidos de juicio político y denuncias masivas
La crisis no sólo afecta la esfera mediática y de opinión pública sino que ya atraviesa el ámbito político institucional. En el Congreso nacional, distintas bancadas opositoras avanzan con pedidos de juicio político contra el presidente Milei, que podrían derivar en la creación de una comisión investigadora para analizar su responsabilidad en el escándalo. Se trata de un escenario de alto riesgo para el oficialismo, que además enfrenta la pérdida de confianza de sectores clave de la sociedad.
Incluso sectores dentro de la alianza gobernante empiezan a mostrar preocupaciones. El PRO, aliado electoral, reconoció la gravedad del caso y afirmó que el escándalo afecta la “credibilidad del país”, aunque aclaró que no apoyan la apertura formal de un juicio político. La postura oficialista, por su parte, sigue siendo mantener la línea de defensa basada en negar la implicación directa de Milei y en atribuir la responsabilidad a su entorno cercano, especialmente a su hermana Karina Milei y a funcionarios del Ministerio de Economía.
Contradicciones y versiones cruzadas: una trama de responsabilidades difusas
El entramado del escándalo cripto evidencia una serie de contradicciones entre las versiones oficiales y las declaraciones de los involucrados. Por un lado, Milei asegura no haber estado informado en detalle y haber retirado su apoyo apenas tomó conocimiento de las irregularidades. Por otro, Davids sostiene que el respaldo del Presidente fue constante hasta que, inesperadamente, se dio de baja. Desde el Gobierno admiten que Milei apoyó el proyecto inicialmente, pero que decidió alejarse ante las dudas y críticas.
Las casi cinco horas que el mensaje con la promoción de $LIBRA estuvo fijado en el perfil oficial de Milei son explicadas con un argumento poco convincente: “estaba ocupado y no se dio cuenta”. Esta versión, sumada a la existencia de encuentros oficiales con representantes de KIP Protocol y Kelsier, dificulta sostener la versión de un desconocimiento completo.
Impacto en la imagen presidencial y el futuro político de Milei
El escándalo por la estafa de $LIBRA representa un serio revés para Javier Milei, cuya figura se construyó alrededor de un discurso de honestidad, ruptura con la corrupción y transparencia. La crisis pone en duda esa imagen y abre una ventana para que la oposición capitalice el descontento social. A pocos meses de elecciones clave, la Casa Rosada deberá enfrentar no sólo la presión judicial y política, sino también la pérdida de confianza en amplios sectores de la sociedad, incluidos muchos seguidores del propio mandatario.
Si bien el Gobierno intenta mantener la agenda y proyectar normalidad, el clima interno es de creciente incertidumbre. La entrevista anunciada por Milei para este lunes a las 20 horas será un momento clave para intentar frenar la caída de popularidad y dar explicaciones convincentes, aunque hasta ahora, las señales indican que la crisis recién comienza.
Epílogo: entre el desconcierto y la búsqueda de respuestas
Mientras el oficialismo trata de recomponer el daño y negar responsabilidades directas, la Justicia avanza en el procesamiento de las denuncias y el mundo financiero internacional observa con atención las implicancias del caso. La historia de la criptomoneda $LIBRA no es sólo un escándalo de estafa más: representa un símbolo de las tensiones entre innovación tecnológica, política y transparencia en la Argentina actual.
La gravedad del caso demanda una investigación exhaustiva y una respuesta política contundente, que pueda reconstruir la confianza perdida y sentar un precedente para el manejo ético de la economía digital en el país. El futuro de la presidencia de Milei, y posiblemente de la coalición que lo acompaña, dependerá en gran medida de cómo se resuelva este conflicto.
