En un contexto de creciente malestar por la pérdida sostenida del poder adquisitivo de los salarios del sector universitario, los gremios que representan a los docentes universitarios han decidido endurecer su plan de lucha con la convocatoria a un paro nacional de 48 horas, previsto para el martes 11 y miércoles 12 de junio. Esta medida surge luego de un prolongado período de reclamos sin respuesta efectiva por parte del Gobierno nacional, que se ha mantenido inmóvil ante la profundización de la crisis salarial que afecta a los trabajadores del sistema universitario público.
La convocatoria fue formalizada tras un plenario realizado en horas de la tarde, en el que participaron los secretarios generales de la Federación de Docentes de las Universidades Nacionales (FEDUN), así como representantes de sindicatos de base de todo el país. Durante la reunión, se evaluó la continuidad y la efectividad del plan de lucha vigente, que hasta el momento no ha logrado generar un espacio de diálogo con las autoridades gubernamentales. En ese marco, los dirigentes sindicales resolvieron no sólo el cese de actividades por dos jornadas consecutivas, sino también organizar una gran movilización para el miércoles 12 de junio.
La movilización tendrá como epicentro el Congreso de la Nación, donde se manifestará el “absoluto rechazo a la Ley de Bases” impulsada por el Ejecutivo y el Parlamento. Esta protesta se suma a la concentración convocada por la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), con la que los docentes universitarios se acoplarán para expresar una posición común en defensa de la universidad pública y contra las políticas de ajuste que afectan al sector. El inicio de la marcha está previsto para las 9 de la mañana y se espera una masiva concurrencia de afiliados y organizaciones afines.
Asimismo, la agenda de protestas continuará el jueves 13, cuando los gremios universitarios acompañarán a los docentes de la Universidad Nacional de Las Madres de Plaza de Mayo en una nueva manifestación, esta vez en el Palacio Pizzurno, sede del Ministerio de Educación. En esta oportunidad, el reclamo se centrará en el pago de salarios adeudados a trabajadores que aún no han recibido sus haberes en tiempo y forma, un problema que se suma a la ya precaria situación salarial general del sector.
Para cerrar la semana de lucha, el viernes 14 de junio se realizará un nuevo Plenario de Secretarios y Secretarias Generales de los sindicatos universitarios, con el objetivo de evaluar el impacto de las medidas adoptadas y definir los pasos a seguir en caso de que el Gobierno persista en su negativa a atender las demandas de los trabajadores.
En declaraciones realizadas tras el anuncio, Daniel Ricci, secretario general de FEDUN, manifestó la profunda frustración que atraviesa el sector. “Desde la multitudinaria marcha en la que todos los argentinos y las argentinas se expresaron en defensa de la Universidad Pública ya pasó más de un mes y aún no tuvimos ninguna respuesta del Gobierno”, afirmó. Ricci subrayó que la situación es insostenible: “En el último tiempo nuestros salarios siguen deteriorándose mes a mes, ya llevamos perdido más de un 60% de poder adquisitivo frente a la inflación y no vamos a seguir tolerando este deterioro y falta de respeto”.
El dirigente sindical advirtió que la convocatoria al paro de 48 horas es una señal clara de que el sector está dispuesto a profundizar el plan de lucha y que, de no obtener respuestas, se tomarán nuevas y más contundentes medidas de fuerza. “Es por eso que convocamos a este paro y, en caso de no tener respuesta, profundizaremos el plan de lucha y convocaremos a nuevas medidas de fuerza”, remarcó.
El reclamo de los gremios universitarios se inscribe en un escenario nacional de creciente conflictividad social, donde diversos sectores trabajadores exigen respuestas urgentes ante la pérdida real de sus ingresos. La inflación sostenida y la ausencia de aumentos salariales acordes han generado un fuerte deterioro en las condiciones de vida de miles de docentes e investigadores, quienes denuncian además el desfinanciamiento sistemático de la universidad pública.
Por su parte, la Ley de Bases, que es objeto de rechazo por parte de los sindicatos, ha generado amplio rechazo en los sectores académicos y políticos que consideran que atenta contra la autonomía universitaria y recorta derechos laborales. La movilización frente al Congreso busca visibilizar este descontento y presionar a los legisladores para que voten en contra de la normativa, que según los sindicatos, profundizaría la precarización del sistema educativo superior.
En resumen, el sector universitario enfrenta una coyuntura crítica que amenaza la calidad educativa y el bienestar de sus trabajadores. La decisión de realizar un paro nacional y una movilización masiva busca revertir la falta de diálogo y obtener una respuesta concreta que garantice salarios dignos y condiciones laborales justas. La expectativa ahora está puesta en la reacción del Gobierno y en el impacto que esta nueva etapa de protestas tendrá en la agenda política y social del país.
