Un golpe económico más en pleno invierno

El gobierno ha decidido implementar un nuevo aumento significativo en las tarifas de electricidad y gas, una medida que afecta a todos los usuarios residenciales del país, especialmente a los hogares de ingresos bajos y medios. Este ajuste tarifario, que comenzó a regir desde el primer día del mes en curso, implica incrementos que pueden alcanzar hasta un 155% en el servicio eléctrico para familias de clase media, mientras que para los sectores de menores recursos el aumento también es muy elevado, rozando el 100%. En cuanto al gas, las subas pueden llegar hasta un 64%. Estas medidas se enmarcan en una política de ajuste fiscal destinada a equilibrar las cuentas públicas, trasladando los costos crecientes de producción y distribución de energía al consumidor final.

El contexto económico y político detrás del tarifazo

Este nuevo aumento no surge de la nada: responde a una serie de factores económicos que el gobierno busca manejar para contener la inflación y reducir el déficit fiscal. Los costos que enfrentan las empresas generadoras de electricidad y los productores de gas natural han subido considerablemente en los últimos meses, por lo que se hizo necesario ajustar las tarifas para que los subsidios estatales no sigan aumentando el gasto público.

La decisión oficial se materializó en un decreto presidencial (DNU 465/24) y en tres resoluciones emitidas por la Secretaría de Energía, dependiente del Ministerio de Economía. Estas resoluciones establecieron el nuevo precio estacional mayorista de la energía eléctrica, disminuyeron los límites de consumo con tarifa subsidiada para los hogares y fijaron nuevos valores para el gas en el punto de ingreso al sistema de transporte durante la temporada invernal.

Detalles de los aumentos en electricidad y gas

El esquema tarifario modificado establece que, para el mes de junio, el aumento en electricidad será desigual según el nivel socioeconómico de los usuarios:

  • Hogares de ingresos altos: aumento del 22,8%

  • Hogares de ingresos medios: aumento del 155,8%

  • Hogares de ingresos bajos: aumento del 99%

Respecto al gas, las cifras oficiales varían según la fuente, pero se estima que el incremento será:

  • Nivel 1 (ingresos altos): 9,2% de aumento

  • Nivel 3 (ingresos medios): 10%

  • Nivel 2 (ingresos bajos): 33%

Otras estimaciones más detalladas sugieren un aumento aún más pronunciado para las familias de menores ingresos, del 55%, y del 64% para los hogares de clase media.

Subsidios y topes de consumo: la doble reducción que encarece aún más las facturas

Además del aumento directo en las tarifas, el gobierno aplicó una doble reducción en los subsidios energéticos. Esto implica no solo una disminución en el porcentaje de descuento aplicado a la tarifa final, sino también una reducción en los límites máximos de consumo con tarifa subsidiada, conocidos como “topes de consumo”.

Antes, los hogares podían consumir una cierta cantidad de energía eléctrica por mes con tarifa bonificada. A partir de este mes, esos límites se redujeron considerablemente:

  • Para hogares de ingresos bajos (categoría N2): 350 kilovatios/hora (kWh) mensuales.

  • Para hogares de ingresos medios (categoría N3): 250 kWh mensuales.

En caso de superar estos límites, el consumo extra deberá pagarse a tarifa plena, es decir, sin subsidio alguno.

Para las “zonas frías” del país, que requieren un mayor consumo energético por las bajas temperaturas, los topes son un poco más altos, pero igualmente recortados:

  • Para hogares N2: 700 kWh mensuales.

  • Para hogares N3: 500 kWh mensuales.

Este ajuste implica que muchas familias que hasta ahora estaban protegidas por subsidios más amplios, deberán pagar mucho más si superan estos límites, algo común durante el invierno, cuando la demanda de calefacción y energía eléctrica se dispara.

Las repercusiones sociales y políticas

El impacto de estas medidas en la economía doméstica es fuerte y genera preocupación en distintos sectores de la sociedad y la política. Darío Martínez, exsecretario de Energía de la Nación y actual diputado provincial en Neuquén, expresó su rechazo contundente a este nuevo tarifazo. Martínez aseguró que estas decisiones, impulsadas a través del decreto presidencial y las resoluciones del Ministerio de Economía, resultarán en un «golpe duro para la mayoría de los argentinos», afectando especialmente a quienes menos recursos tienen.

Además, Martínez cuestionó la postura del gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa, y su bloque legislativo, acusándolos de ser “cómplices silenciosos” del aumento al no oponerse firmemente en el Congreso a estas medidas, ni a la llamada Ley Bases que, según él, facilita la aplicación de estos tarifazos sin fin.

Reacción política y llamado a la acción

El diputado neuquino hizo un llamado público a Figueroa para que rompa su silencio y defienda los intereses de los ciudadanos de Neuquén, instándolo a derogar el decreto y no apoyar la Ley Bases que permitiría mantener o profundizar estos aumentos. Martínez insistió en que es momento de proteger el bolsillo de los ciudadanos, sobre todo en una provincia tan fría y dependiente de la energía para calefacción durante el invierno.

¿Qué significa el nuevo precio estacional mayorista?

El precio mayorista de la energía eléctrica, es decir, el costo al que las empresas distribuidoras compran la energía a los generadores, también sufrió un ajuste. Se estableció en 57.214 pesos por megavatio/hora (MWh), un incremento significativo tras más de un año sin aumentos en este escalafón mayorista. Este aumento mayorista justifica en gran parte los incrementos que ahora trasladan a los usuarios residenciales.

Los subsidios estatales, que han sido una herramienta para contener el impacto de los aumentos, también se redujeron: los hogares de ingresos bajos ahora reciben una bonificación del 71,9%, mientras que para los hogares de ingresos medios el subsidio es del 55,9%. Esta reducción implica que la factura que paga el usuario final es más alta.

Otros aumentos postergados y expectativas para el futuro

Cabe destacar que, aunque este tarifazo ya se encuentra en vigencia, todavía restan aplicar otros dos aumentos previstos para las tarifas de luz y gas, correspondientes a los costos de transporte y distribución. Estos ajustes fueron postergados por el ministro de Economía con el objetivo de evitar un impacto mayor en los índices de precios al consumidor y mantener la desaceleración de la inflación en el primer semestre del año.

No obstante, el futuro cercano no parece prometedor para los usuarios, ya que la necesidad de equilibrio fiscal y los costos crecientes en el sector energético pueden implicar nuevos incrementos en las tarifas, manteniendo la tensión sobre los bolsillos de millones de argentinos.

Consecuencias sociales y económicas del tarifazo

Para muchas familias, especialmente aquellas en situación económica vulnerable, los nuevos aumentos implican un esfuerzo adicional para cubrir los gastos básicos de energía. La reducción en los subsidios y los topes de consumo significa que, si deben calefaccionar sus hogares durante el invierno, es probable que vean incrementos muy significativos en sus facturas.

Esto puede traducirse en la necesidad de reducir otros gastos esenciales, afectando la calidad de vida y el bienestar general. En el contexto inflacionario que atraviesa el país, estas medidas pueden agravar la situación de sectores vulnerables y generar mayor malestar social.

Reflexiones finales

El nuevo tarifazo energético que entró en vigencia representa un desafío importante para los hogares argentinos, que ya enfrentan un escenario económico complejo. La búsqueda de un equilibrio fiscal y la contención del gasto público tienen un impacto directo en el bolsillo de los usuarios, quienes deben asumir aumentos significativos en servicios esenciales como la electricidad y el gas.

Las medidas tomadas reflejan la difícil situación del sector energético y la economía en general, pero también abren un debate sobre la necesidad de políticas públicas que puedan garantizar el acceso a servicios básicos sin afectar de manera desproporcionada a los sectores más vulnerables.

junio 6, 2024