La Iglesia Católica en Argentina, a través de la Conferencia Episcopal y su Secretariado Nacional para los Laicos (SEPLAI), difundió un mensaje claro y esperanzador ante la inminente celebración de las elecciones legislativas del domingo 26. En su declaración, los obispos animan a los ciudadanos a ejercer su derecho al voto, incluso en un contexto marcado por la desilusión y el escepticismo generalizado hacia la política y sus protagonistas. La Iglesia remarcó que la participación electoral no solo es un derecho, sino también un deber que forma parte de la vocación cristiana de construir una sociedad más justa, inclusiva y solidaria.
En su mensaje, la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) reconoce que muchas personas se sienten decepcionadas por el panorama político actual, lo que genera desconfianza, fatiga e incluso apatía respecto del proceso democrático. Sin embargo, desde la Iglesia se insta a no dejarse vencer por el desánimo, recordando que el compromiso cívico es una expresión concreta del amor al prójimo y del deseo de contribuir al bien común. “A pesar del clima de desencanto que impregna la cultura política actual, es fundamental que nos involucremos con esperanza en estos comicios”, sostiene el documento firmado por el SEPLAI.
Los obispos recuperan las enseñanzas del papa Francisco al señalar que, para lograr una verdadera transformación social, es necesario partir de las necesidades reales de la población y poner en el centro de la acción política a las personas más vulnerables. La Iglesia subraya que solo a partir de una escucha atenta y sincera de quienes sufren postergaciones estructurales es posible gestar políticas públicas que respondan a las demandas urgentes de justicia, dignidad e inclusión.
En ese sentido, el pronunciamiento afirma que “la participación política es una de las formas más elevadas del servicio al prójimo”. Desde la perspectiva del Evangelio, comprometerse políticamente no es simplemente apoyar a un candidato o a un partido, sino abrazar un compromiso con los valores fundamentales de la vida, la verdad, la justicia, la paz y el respeto por la dignidad humana. Para el SEPLAI, esta vocación política, especialmente en los laicos, representa un acto de amor cristiano orientado a edificar el bien común por encima de intereses individuales o sectoriales.
El comunicado también retoma un pasaje del documento Dilexi Te del papa León XIII, quien deseaba que aumentara el número de dirigentes políticos capaces de mantener un diálogo profundo y auténtico. Un diálogo que, más allá de las diferencias ideológicas, pueda abordar las causas estructurales de los problemas sociales, sin conformarse con respuestas superficiales que solo maquillen las heridas sin sanarlas verdaderamente.
Aunque el texto reconoce el desaliento que muchos sienten ante la falta de propuestas políticas transformadoras o por la corrupción y el oportunismo de algunos sectores, insiste en que ese sentimiento no debe paralizar. Por el contrario, los cristianos están llamados a renovar la esperanza y a ser parte activa del proceso democrático, aportando su discernimiento, su oración y su compromiso ciudadano. “Tu compromiso y tu voto son el cimiento de nuestra democracia”, afirma con fuerza la declaración.
Desde esta perspectiva, se propone a los ciudadanos una triple actitud frente a las elecciones: rezar, informarse y discernir. No se trata simplemente de emitir un voto, sino de hacerlo con conciencia, después de conocer las propuestas de los candidatos, revisar sus trayectorias y evaluar si sus valores coinciden con aquellos que promueve la doctrina social de la Iglesia. El SEPLAI señala que el Congreso debe transformarse en un ámbito donde el diálogo y el consenso predominen, permitiendo así sanar las heridas sociales que atraviesan a la Argentina.
El texto también pone el foco en la importancia de que el Parlamento Nacional incorpore debates que prioricen temas como la defensa de toda vida, la educación integral y la familia como núcleo formativo y espacio fundamental para la construcción de ciudadanía. La Iglesia considera que estos aspectos son centrales para reconstruir el tejido social dañado por años de exclusión, divisiones y violencia.
Asimismo, se destaca el rol de las comunidades cristianas como espacios fundamentales de contención, reflexión y esperanza. Frente a un clima social cargado de frustración y polarización, se invita a que las parroquias y comunidades de fe se conviertan en lugares de encuentro, donde se fomente el diálogo, se acompañe a quienes sufren y se fortalezca el compromiso con los valores del Evangelio. “Que nuestras comunidades sean el ámbito donde nos animemos mutuamente y no caigamos en el pesimismo ni el individualismo”, expresa el mensaje.
La invitación a votar no es solo una consigna externa, sino una llamada a la acción interior: elegir desde la esperanza, no desde el miedo; votar con conciencia, no con indiferencia. En este sentido, el documento cierra con un llamado profundo: “En este año jubilar, también en la política estamos llamados a ser peregrinos de esperanza”. Este llamado final resume el espíritu del mensaje eclesial: la política no debe ser ajena a la fe, sino uno de los terrenos donde se hace presente el compromiso cristiano con la transformación del mundo.
De esta manera, la Iglesia Católica Argentina propone una visión esperanzadora y comprometida del acto electoral. Más allá de la coyuntura política o de las opciones disponibles, se resalta el valor de la participación como una manera concreta de seguir construyendo una sociedad más humana, justa y solidaria. La fe no se limita a los templos, también se vive en el ámbito público, y el voto, en este contexto, se convierte en un acto de responsabilidad cristiana y de construcción colectiva.
