Con motivo del Día Internacional de los Trabajadores, diversos espacios de izquierda se congregaron en la histórica Plaza de Mayo para llevar a cabo un acto conjunto de rechazo al gobierno de Javier Milei, sus políticas de ajuste y la recientemente aprobada en Diputados “Ley Bases”. En este contexto, exigieron a las centrales sindicales mayoritarias —la Confederación General del Trabajo (CGT) y las dos CTA— que convoquen a un paro nacional activo y movilizaciones masivas, especialmente cuando el Senado discuta el polémico proyecto de ley.

Este acto, que unificó a referentes de partidos de izquierda como el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT-U), el Nuevo MAS, el MST, el Partido Obrero (PO), entre otros, así como también a agrupaciones sindicales combativas, sectores estudiantiles y asambleas barriales, marcó un hito luego de más de una década sin una acción conjunta del espectro político de izquierda en esta fecha.

Durante el evento, que se desarrolló en un escenario montado frente a la Casa Rosada, se leyó un documento colectivo con fuertes críticas al programa económico del gobierno de Milei. El texto, leído por representantes de diferentes sectores, condenó duramente las medidas impulsadas por el Ejecutivo nacional, entre ellas el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) vigente y el proyecto de Ley Bases, el cual consideran como una profundización del ajuste.

Según denunciaron, el contenido del proyecto que obtuvo media sanción en la Cámara Baja favorece ampliamente a sectores empresariales y grandes contribuyentes, al incluir condonaciones de deudas, blanqueo de capitales, beneficios impositivos sobre bienes personales y moratorias fiscales dirigidas a grandes evasores. En contraposición, señalaron que las moratorias previsionales fueron eliminadas, lo que condenaría a miles de personas, especialmente mujeres, a quedar fuera del sistema jubilatorio formal. “Nueve de cada diez mujeres no podrán jubilarse y, en su lugar, accederán a una prestación mínima recién a los 65 años”, advirtieron.

El documento también apuntó a los bloques legislativos que facilitaron la media sanción de la ley, entre ellos la Unión Cívica Radical, el PRO y el espacio Hacemos Coalición Federal. Además, responsabilizaron a la CGT por haber entablado negociaciones respecto a la reforma laboral incluida en la ley, la cual flexibiliza condiciones de contratación y despido.

Desde los oradores, se denunció que el llamado “fin del Estado presente” no implica una retirada del Estado en sí mismo, sino una reconfiguración del mismo para beneficiar a los sectores más ricos, a costa del despido de miles de trabajadores estatales y un retroceso en áreas clave como salud y educación. Criticaron también la propuesta del oficialismo de restituir el Impuesto a las Ganancias para los trabajadores, al tiempo que se eliminan impuestos para quienes poseen grandes patrimonios en el exterior.

“El gobierno no sólo quiere imponer un techo a las paritarias en medio de una inflación galopante, sino que además busca despojar de sus derechos a los trabajadores, mientras otorga perdones fiscales a los más poderosos”, expresaron los dirigentes, que también denunciaron que el llamado “plan motosierra” está generando una crisis social con despidos, pérdida del poder adquisitivo, y desfinanciamiento de programas sociales, comedores populares y servicios esenciales.

En ese marco, la izquierda volvió a exigir la convocatoria urgente a un nuevo paro general, que coincida con el momento en que el Senado debata la Ley Bases. Además, ratificaron su compromiso de movilizar masivamente el próximo 9 de mayo, y llamaron a desarrollar un “plan de lucha sostenido hasta frenar la ley y todo el ajuste de Milei”.

Entre los principales oradores del acto estuvieron Manuela Castañeira (Nuevo MAS), Myriam Bregman y Nicolás del Caño (PTS), Celeste Fierro y Alejandro Bodart (MST), y Gabriel Solano y Eduardo Belliboni (PO). Esta confluencia significó un hecho relevante, dado que tradicionalmente las agrupaciones de izquierda han celebrado el 1° de mayo con actos separados.

Durante su intervención, Castañeira destacó la unidad alcanzada entre los distintos sectores: “Hoy realizamos una jornada histórica de lucha unificada en Plaza de Mayo. Es urgente construir una alternativa independiente para enfrentar al gobierno de Milei, que busca aprobar una ley con reformas laborales y previsionales que van en contra del pueblo trabajador”.

Por su parte, Celeste Fierro subrayó la importancia de una respuesta firme ante el avance de la Ley Bases: “Cuando el Senado trate esta ley, hay que rodear el Congreso con una huelga general. La CGT no puede seguir durmiendo: debe adelantarse, convocar al paro ya y lanzar un plan de lucha escalonado para frenar este ataque a nuestros derechos”.

El acto se desarrolló en un clima tenso, que escaló hacia el final de la jornada cuando efectivos de la Policía de la Ciudad desplegaron un operativo en los alrededores de Plaza de Mayo. A medida que los manifestantes comenzaban a desconcentrar por Avenida Diagonal Sur, se encontraron con un cerco policial compuesto por motos y un camión hidrante. En ese contexto se registraron momentos de tensión, forcejeos y uso de gas pimienta por parte de los uniformados.

La diputada nacional Myriam Bregman cuestionó duramente el accionar policial: “Este operativo es completamente innecesario”, afirmó. Bregman intervino para mediar entre los efectivos y los manifestantes, y logró acordar una desconcentración pacífica de los presentes.

Así, el Día del Trabajador se convirtió este año en una jornada de lucha con fuerte contenido político, en la que la izquierda no solo conmemoró la fecha histórica, sino que dejó en claro su postura frente al rumbo del gobierno de Javier Milei y su llamado a continuar con la resistencia en las calles.