Las elecciones legislativas de 2025 en la Argentina marcaron un nuevo capítulo en el mapa político del país. Los resultados, ya casi definitivos, confirmaron el predominio de La Libertad Avanza (LLA), la fuerza encabezada por el presidente Javier Milei, que logró imponerse en la mayoría de las provincias y consolidó su influencia tanto en el Congreso Nacional como en los distritos más importantes. Con el 99,79% de las mesas escrutadas, el oficialismo se adjudicó una victoria contundente, especialmente en provincias clave como Mendoza, donde obtuvo más de la mitad de los votos.
De acuerdo con los datos del escrutinio provisorio, La Libertad Avanza alcanzó en Mendoza un 53,63% de los sufragios, lo que le permitió asegurarse cuatro de las cinco bancas en disputa para la Cámara de Diputados de la Nación. Muy por detrás, el segundo lugar fue para el espacio Fuerza Justicialista Mendoza, que reunió el 25,20% de los votos, logrando retener una sola banca. De esta manera, la provincia cuyana, tradicionalmente caracterizada por su equilibrio entre distintas fuerzas políticas, se alineó de forma clara con el oficialismo liberal, reforzando el liderazgo del presidente Milei en el interior del país.
A nivel nacional, la jornada electoral se desarrolló con una participación cercana al 72% del padrón, en un clima de expectativa y de debate sobre el rumbo económico y político de la Argentina. Estas elecciones de medio término eran vistas como un plebiscito sobre la gestión del Gobierno, que asumió en diciembre de 2023 con la promesa de llevar adelante profundas reformas estructurales, reducir el gasto público y reconfigurar el rol del Estado en la economía. Los resultados reflejan, en buena medida, el apoyo que una parte significativa del electorado mantiene hacia el proyecto libertario, pese al impacto de las medidas de ajuste implementadas durante el último año y medio.
Un mapa político reconfigurado
La victoria de La Libertad Avanza no se limitó a Mendoza. Según los primeros informes oficiales, el espacio libertario se impuso en todas las regiones del país, desde el norte hasta la Patagonia, desplazando a las coaliciones tradicionales que dominaron la escena política durante las últimas dos décadas. La mayor competencia se registró en la provincia de Buenos Aires, el distrito más poblado y con mayor peso electoral, donde el oficialismo debió enfrentar una contienda más ajustada frente a una oposición peronista que aún conserva estructuras locales sólidas. Sin embargo, incluso allí, los libertarios lograron una performance significativa que les permitió retener gran parte del voto que los llevó al poder en 2023.
En Mendoza, el triunfo fue particularmente simbólico. La provincia, que históricamente ha sido un bastión del radicalismo y de fuerzas locales vinculadas a Juntos por el Cambio, vivió una transformación política profunda en los últimos años. El discurso liberal de Milei, centrado en la defensa de la libertad económica, la reducción de impuestos y la crítica a la “casta política”, caló hondo en amplios sectores de la sociedad mendocina, especialmente entre jóvenes y emprendedores. La campaña de LLA en el distrito se apoyó en figuras locales que lograron capitalizar ese mensaje y traducirlo en votos.
La oposición, en búsqueda de recomposición
Del otro lado, la Fuerza Justicialista Mendoza, que reunió el 25,20% de los sufragios, se convirtió en la segunda fuerza más votada, aunque a gran distancia del oficialismo. Sus dirigentes reconocieron los resultados y llamaron a una reflexión interna para definir el rumbo del peronismo en la provincia y a nivel nacional. “Es un mensaje claro de la sociedad que debemos escuchar. Hay que reconstruir una alternativa con propuestas concretas, no solo con críticas”, admitió una de las principales candidatas del espacio.
En términos nacionales, el justicialismo también sufrió un revés significativo, aunque en algunos distritos logró retener su representación. Los analistas coinciden en que la dispersión de la oposición y la falta de un liderazgo fuerte fueron factores determinantes que facilitaron el avance de La Libertad Avanza. En cambio, el oficialismo logró consolidar su identidad en torno a una narrativa de cambio, disciplina fiscal y reformas estructurales, que continúa generando tanto adhesiones fervorosas como fuertes resistencias.
Un escenario político con nuevos equilibrios
Con los resultados obtenidos, el oficialismo libertario se encamina a ampliar su presencia en la Cámara de Diputados, lo que le permitirá negociar con mayor margen las leyes clave para profundizar su programa económico. Si bien aún no alcanzaría la mayoría absoluta, su crecimiento le otorga un poder de negociación superior y obliga a la oposición a redefinir estrategias. Para muchos observadores, estas elecciones marcan el fin de la era de polarización entre peronismo y antiperonismo, y la consolidación de una nueva lógica política centrada en el eje Estado-mercado.
En el caso de Mendoza, los cuatro diputados electos por La Libertad Avanza serán protagonistas clave en la próxima etapa legislativa. Según trascendió, el oficialismo provincial planea coordinar una agenda de trabajo enfocada en promover inversiones, simplificar trámites para las pymes y avanzar en la desregulación de sectores productivos. Las primeras declaraciones de los candidatos ganadores reflejaron entusiasmo y compromiso con las ideas de libertad económica y transformación institucional.
Balance y perspectivas
En síntesis, las elecciones legislativas de 2025 dejaron un mensaje claro: La Libertad Avanza ratificó su hegemonía política y demostró que el respaldo popular al gobierno de Javier Milei sigue siendo sólido, al menos en buena parte del país. Con una economía aún en proceso de estabilización y un escenario social desafiante, el oficialismo logró convertir la elección en una reafirmación de su mandato.
Para la oposición, en cambio, comienza una etapa de reconstrucción y debate interno, con la necesidad de repensar estrategias y liderazgos capaces de disputar el poder en 2027. Lo ocurrido en Mendoza es una muestra del nuevo mapa político argentino: un país donde el liberalismo dejó de ser un fenómeno urbano y marginal para convertirse en una fuerza de alcance nacional.
En definitiva, los resultados en Mendoza y en el resto del país no solo modifican la composición del Congreso, sino que también confirman una transformación cultural y política profunda en la sociedad argentina, que sigue apostando —con esperanza o con resignación— por un cambio de rumbo hacia un modelo de mayor libertad económica y menos intervención estatal.
