En medio de una pugna política y económica que toma fuerza en el panorama nacional, la disputa entre la provincia de Buenos Aires y Río Negro por la construcción de una planta de Gas Natural Licuado (GNL) se ha convertido en uno de los focos centrales del debate entre el Presidente Javier Milei y el gobernador bonaerense Axel Kicillof. La inversión, que promete ser una de las más grandes en el sector energético en los últimos años, no solo genera expectativas en términos productivos y de desarrollo regional, sino que también desata una feroz batalla política con repercusiones a nivel nacional.
El planteo de Javier Milei: críticas a Kicillof y la advertencia sobre el RIGI
El Presidente Milei no tardó en salir al cruce del gobernador Kicillof, cuestionando su gestión y las decisiones políticas vinculadas a la inversión energética en Buenos Aires. En sus declaraciones, Milei sugirió que la provincia de Buenos Aires podría perder la multimillonaria inversión destinada a la construcción de la planta de GNL debido a la negativa de Kicillof de adherirse al Régimen para Inversiones de Grandes Proyectos Industriales (RIGI).
“El Régimen para grandes inversiones es clave para atraer capitales y asegurar el desarrollo industrial que el país necesita”, afirmó Milei durante una conferencia de prensa. “Si Kicillof realmente quisiera hacer las cosas bien, tendría que haber adherido al RIGI, pero parece que sus prioridades son otras”, añadió el mandatario, en un claro mensaje de advertencia sobre las consecuencias que podría traer la postura del gobernador bonaerense.
La respuesta de Axel Kicillof: una crítica dura y un llamado a la responsabilidad
Lejos de amedrentarse, Axel Kicillof salió con dureza a responder al presidente Milei, calificando sus comentarios como “superficiales, groseros y agresivos”. El gobernador bonaerense manifestó su descontento con la forma en que el presidente abordó un tema de alta importancia para la economía y la industria nacional.
“Enoja y, a la vez, entristece escuchar al Presidente hablar de esta manera tan liviana sobre un asunto tan relevante”, dijo Kicillof en declaraciones públicas. “No podemos naturalizar que quien conduce el Estado Nacional y representa a nuestro país se maneje con tanta irresponsabilidad, mientras el desempleo sigue aumentando y la producción cae”, agregó, apuntando a una crítica más amplia sobre la gestión económica del Gobierno.
El gobernador también destacó la importancia estratégica de la construcción de la planta de GNL, tanto para la provincia de Buenos Aires como para el conjunto del país. Kicillof expresó su esperanza de que las empresas involucradas, YPF y Petronas, manejen el proceso con profesionalismo y seriedad, sin dejarse influenciar por las declaraciones “trasnochadas” de Milei, que en su opinión ya han causado tensiones con socios comerciales internacionales clave como China, Brasil, España, Colombia y Francia.
La disputa política: ¿qué está en juego?
La controversia entre Buenos Aires y Río Negro no es únicamente una cuestión técnica o administrativa; detrás se esconde una batalla política que refleja las tensiones actuales en el manejo del Estado y la gestión económica. La negativa de Buenos Aires a adherirse al RIGI responde, según fuentes oficiales bonaerenses, a una visión distinta sobre cómo deben gestionarse las inversiones y el desarrollo industrial, basada en criterios más rigurosos de control y planificación.
Por su parte, Río Negro y el Gobierno Nacional insisten en que el RIGI es una herramienta fundamental para atraer capitales extranjeros y nacionales, asegurar la generación de empleo y posicionar al país como un actor relevante en el mercado global del gas natural licuado, un sector estratégico en el actual contexto energético mundial.
Consecuencias y escenarios futuros
La disputa pone en jaque la concreción de un proyecto que puede transformar el mapa energético argentino, dotando al país de una infraestructura clave para exportar gas natural en estado líquido, una demanda creciente en los mercados internacionales.
En ese sentido, las palabras cruzadas entre Milei y Kicillof pueden generar incertidumbre entre los inversores, que observan con atención la estabilidad política y las señales del Ejecutivo para tomar decisiones de largo plazo.
Kicillof, en su mensaje final, dejó en claro que a pesar de las diferencias con el presidente, mantendrá firme su compromiso con la defensa de los intereses bonaerenses y con la búsqueda de alternativas para el desarrollo sostenible del país. “Nuestra tarea es urgente: fortalecer un escudo y una red para proteger al pueblo bonaerense de las agresiones de Milei y contribuir a la construcción de una alternativa para la Argentina”, concluyó.
Reacciones en el sector empresarial y político
El sector empresarial, especialmente las firmas involucradas en la obra, como YPF y Petronas, han mantenido un perfil bajo ante el cruce público entre el presidente y el gobernador. Sin embargo, en ámbitos privados se ha manifestado preocupación por la prolongación del conflicto, que podría retrasar las inversiones y la ejecución del proyecto.
Analistas políticos coinciden en que esta disputa refleja un choque más profundo entre dos visiones de país: una orientada a una apertura económica rápida y flexible, promovida por el Gobierno de Milei, y otra que prioriza el control estatal y la planificación estratégica, defendida por Kicillof y su espacio político.
