Las Abuelas de Plaza de Mayo dieron un nuevo paso en su incesante búsqueda de los nietos y nietas apropiados durante la dictadura argentina. Con la presencia del presidente uruguayo Yamandú Orsi, la organización lanzó oficialmente en Montevideo un nodo de la Red por el Derecho a la Identidad, destinado a colaborar en la restitución de identidades en el país vecino.
La presentación, encabezada por Macarena Gelman, nieta restituida e impulsora del proyecto, contó con la participación de referentes de derechos humanos como Claudia Poblete, Carlos Solsona y del músico León Gieco, quien acompañó el encuentro con su música y su compromiso.

Macarena Gelman conoce en carne propia lo que significa ser una nieta recuperada. Nació en Montevideo, pero no por casualidad, sino como consecuencia directa de la coordinación represiva entre las dictaduras del Cono Sur en los años setenta. Su madre, María Claudia García Iruretagoyena, fue secuestrada en Buenos Aires y trasladada embarazada a Uruguay, donde dio a luz antes de ser asesinada. Macarena fue criada por una familia ajena hasta que, gracias al esfuerzo de su abuelo, el poeta Juan Gelman, y de las Abuelas de Plaza de Mayo, recuperó su identidad hace ya 25 años.

Hoy, convertida en símbolo de esa lucha, Macarena encabeza una nueva etapa que trasciende las fronteras argentinas. “Hasta encontrarlos a todos”, dijo emocionada ante un público conmovido, reafirmando el compromiso que las Abuelas mantienen desde hace casi medio siglo.

Un lanzamiento cargado de memoria

El acto tuvo lugar en el histórico Teatro Solís, ubicado frente a la Plaza Independencia, corazón político de Montevideo. Allí, donde reposa el mausoleo del prócer José Gervasio Artigas, se anunció la instalación de un nodo uruguayo que permitirá canalizar consultas e investigaciones sobre posibles casos de apropiación ocurridos entre 1975 y 1983.

Antes de comenzar, el ambiente ya se llenaba de emoción. En la sala Delmira Agustini, con unas 160 sillas preparadas, León Gieco afinaba su guitarra. Llevaba consigo el pañuelo blanco que días atrás le había entregado Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, quien lo reconoció como uno de los “abridores de caminos”. Gieco interpretó su clásico “La memoria”, y su voz resonó entre los presentes: “Los desaparecidos que se buscan con el color de su nacimiento”.

Entre el público se encontraba María Bellizzi, de cien años, que lleva medio siglo buscando a su hijo Andrés Humberto, secuestrado en Buenos Aires en 1977. Su presencia simbolizó el largo y persistente reclamo de miles de familias que aún esperan respuestas.

Aunque Estela de Carlotto no pudo viajar, envió un mensaje grabado en el que agradeció la iniciativa y destacó la importancia del trabajo internacional. “Nuestro objetivo sigue siendo encontrar a los más de 300 nietos y nietas que aún nos faltan”, expresó, enviando saludos afectuosos al presidente Orsi y a su vicepresidenta, Carolina Cosse.

Testimonios de vida y de lucha

Entre los oradores estuvo Claudia Poblete Hlaczik, nieta recuperada en el año 2000, quien fue secuestrada junto a sus padres cuando tenía apenas ocho meses. Tras pasar por el centro clandestino Olimpo, fue apropiada por un militar y criada como su hija biológica. Décadas después, gracias a las Abuelas, recuperó su nombre y su historia.
“Llevamos 48 años buscando. Y esos nietos y nietas pueden estar en cualquier parte del mundo”, señaló, subrayando la necesidad de extender la red más allá de la Argentina.

La historia de Carlos Solsona también emocionó a los asistentes. Durante más de cuatro décadas buscó a su hija, secuestrada en Buenos Aires y apropiada durante la dictadura. Fue recién después de 42 años cuando recibió la noticia que tanto esperaba: su hija Marcela, la nieta 129, había sido encontrada y vivía en España.
“Estela siempre me decía que esperara, que iba a aparecer. Y un día, finalmente, sucedió”, recordó Solsona conmovido. Hoy, Marcela participa activamente en el nodo español de la Red, alentando a otros jóvenes a indagar sobre su identidad. “Andá, no te vas a arrepentir —le dice a quienes dudan—, es todo ganancia”, citó su padre con orgullo.

Una red sin fronteras

La Red por el Derecho a la Identidad cuenta actualmente con más de 40 nodos en todo el territorio argentino y con representaciones en Estados Unidos, Canadá, España, Italia y Francia. Con la apertura del nodo Montevideo, Uruguay se suma a esta red internacional de cooperación.
El nuevo espacio permitirá que cualquier persona con dudas sobre su identidad pueda acceder a acompañamiento, orientación jurídica y exámenes genéticos, realizados en coordinación con la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) y el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) de Argentina.

“Este es un esfuerzo conjunto entre la sociedad civil y los Estados. Para nosotros es una causa ética; para los gobiernos, una obligación”, enfatizó Macarena Gelman. Recordó también que en Argentina se han hallado varios hijos de ciudadanos uruguayos desaparecidos, lo que refuerza la hipótesis de que las redes de apropiación y traslado de bebés cruzaron las fronteras durante las dictaduras del Cono Sur.

Entre el público se encontraba Sara Méndez, sobreviviente del centro clandestino Automotores Orletti, quien logró reencontrarse con su hijo Simón en 2002 tras 25 años de búsqueda. Su historia, como la de tantas otras madres y abuelas, simboliza la persistencia de un amor que no se rinde ante el olvido.

La memoria como horizonte

“Como hija de argentinos que fue encontrada en Uruguay, tengo razones para creer que no soy la única”, afirmó Gelman durante su discurso. “Sabemos que habrá dificultades y que necesitaremos recursos, pero lo que nos sostiene es el compromiso de todos y todas. No vamos a detenernos hasta encontrarlos a todos”.

El cierre del evento estuvo a la altura de su carga simbólica. Una serie de artistas —entre ellos Silvio Rodríguez, Ana Prada, Daniel Lagarde y Diane Denoir— participaron con un video en el que invitan a quienes tengan dudas sobre su identidad a acercarse a la red. Y, una vez más, León Gieco regresó al escenario, acompañado esta vez por la murga Agarrate Catalina, para entonar su llamado: “Que el dolor no nos sea indiferente”.

Así, entre aplausos, abrazos y lágrimas, quedó inaugurado en Montevideo un nuevo capítulo de una historia que no cesa. Las Abuelas de Plaza de Mayo, junto a sus redes internacionales, reafirman su promesa: seguir buscando hasta que cada nieto y nieta conozca su verdadero origen.

noviembre 4, 2025