En un hecho que marca un nuevo capítulo dentro del movimiento obrero argentino, más de 500 dirigentas sindicales de 34 gremios de todo el país se reunieron en el Encuentro Nacional de Mujeres de la Confederación General del Trabajo (CGT). La jornada, que combinó debates, talleres y plenarios, no solo funcionó como un espacio de intercambio de experiencias y estrategias, sino también como una muestra del crecimiento y la consolidación del protagonismo femenino dentro de la central obrera más importante del país.

El evento se desarrolló bajo un clima de entusiasmo y compromiso político. Las participantes coincidieron en que el movimiento obrero no puede seguir siendo representado únicamente por voces masculinas, y que el desafío de esta etapa es lograr que las mujeres ocupen un lugar real y visible en la mesa del Triunvirato de la CGT, el máximo órgano de conducción.

“La presencia de una mujer en el Triunvirato no debe entenderse como un gesto simbólico ni como una concesión, sino como el reconocimiento político de una realidad concreta”, afirmó Maia Volcovinsky, co-secretaria de Derechos Humanos de la CGT y secretaria adjunta de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación (UEJN). En su discurso, Volcovinsky remarcó que las mujeres “sostienen con su militancia diaria la fuerza vital del movimiento obrero”, y subrayó que su participación en los espacios de poder responde a una práctica construida desde abajo, en los lugares de trabajo y en los gremios.

La dirigenta destacó además que el crecimiento de la representación femenina dentro del sindicalismo no fue espontáneo ni casual, sino fruto de una organización sostenida:

“Gracias a que muchas compañeras se animaron a disputar espacios en sus gremios, hoy tenemos una presencia más fuerte y visible en la calle. Si reclamamos estar en los niveles más altos de decisión es porque lo venimos practicando desde adentro, con coherencia y legitimidad. Somos quienes más padecemos las consecuencias de los modelos neoliberales, pero también las que más trabajamos para revertirlos”, expresó.

Volcovinsky también hizo hincapié en el aporte que la mirada femenina puede brindar a la CGT y al país: “Le hacemos bien a la organización cuando ponemos nuestra voz y nuestra militancia al servicio del modelo de Argentina que queremos construir”.

Durante el encuentro estuvieron presentes figuras de la conducción nacional como Héctor Daer, Andrés Rodríguez, José Luis Lingeri, Jorge Sola, Cristian Jerónimo y Julio Piumato, quienes acompañaron la presentación de la “Declaración de las Mujeres Trabajadoras de la CGT”. En este documento, las delegadas reafirmaron su compromiso con la unidad del movimiento obrero y subrayaron la urgencia de seguir ampliando la participación femenina en todos los niveles de la estructura sindical.

La jornada tuvo, además, un fuerte contenido histórico y político. Las organizadoras recordaron que el proceso que hoy alcanza visibilidad comenzó en 2021, cuando la CGT reformó su Estatuto para incorporar el principio de paridad de género en la conformación del Consejo Directivo. Aquella modificación, impulsada por el reclamo persistente de las trabajadoras, permitió abrir las puertas a una nueva etapa de participación igualitaria.

Desde entonces, las mujeres sindicalistas comenzaron a construir una agenda propia dentro de la estructura confederal, articulando propuestas conjuntas y consolidando espacios de decisión que hasta hace pocos años les estaban vedados. Entre los hitos más importantes, las dirigentas recordaron la primera movilización del 8 de marzo bajo la consigna “Mujeres de la CGT”, la creación de un ámbito permanente de trabajo con perspectiva de género, y la realización del Encuentro Nacional de 2024, que reunió a más de mil representantes de 90 gremios de todo el país.

Este proceso continuó a lo largo de 2025 con una serie de encuentros regionales realizados en Chubut, Neuquén, Mendoza y La Plata, y que antes de fin de año se replicarán en otras provincias. Cada una de estas instancias fue pensada como un espacio de formación, debate y construcción de consensos, en los que se puso en valor la experiencia sindical de las trabajadoras en los distintos territorios y sectores de actividad.

Una de las voces que también se destacó fue la de Vanesa Núñez, secretaria administrativa y de organización nacional de la UTEDYC y co-secretaria de Innovación y Futuro del Trabajo de la CGT. Núñez subrayó que la forma en que las mujeres construyen poder dentro del sindicalismo es distinta:

“El poder que edificamos no es patriarcal ni individualista. Es un poder en red, que se nutre de la solidaridad y de la fuerza colectiva. Este volumen y este calor nacen de cada compañera y de todas las que nos sostienen”, expresó ante el auditorio.

En su intervención, la dirigente evocó la figura de Eva Perón como referencia política y moral del movimiento:

“Eva es nuestro faro. Nos enseñó a organizarnos, a ejercer el poder desde la sensibilidad y el compromiso con la realidad. Cuando una mujer llega, llegamos todas”, concluyó, en medio de una ovación.

El Encuentro de Mujeres de la CGT no solo fue una demostración de unidad, sino también una señal de que el sindicalismo argentino atraviesa una transformación profunda. Las dirigentas dejaron claro que el objetivo no se limita a ocupar cargos, sino a transformar la cultura institucional del movimiento obrero, incorporando la perspectiva de género como una herramienta de democratización y justicia social.

Con este nuevo impulso, las trabajadoras de la CGT buscan consolidar una representación que refleje la realidad del mundo laboral actual, en el que las mujeres tienen una presencia cada vez más relevante. El desafío inmediato es lograr que esa participación se traduzca en lugares de decisión, no solo por equidad, sino porque —como remarcaron las participantes— la inclusión de las mujeres fortalece al movimiento en su conjunto y lo hace más representativo, plural y combativo frente a los desafíos económicos y sociales del país.

octubre 24, 2025