Hoy se cumplen 87 años del nacimiento de Leonardo Favio, uno de los artistas más emblemáticos y multifacéticos de la cultura argentina. Actor, director de cine, cantante y compositor, Favio supo ganarse el corazón del pueblo con su sensibilidad artística, su compromiso social y su capacidad de emocionar a través de distintas formas de expresión. Nacido un 28 de mayo de 1938 en Luján de Cuyo, Mendoza, como Fuad Jorge Jury, Favio dejó una huella imborrable en la memoria cultural del país y de América Latina.

Un artista de raíces profundas

Leonardo Favio creció en un entorno humilde y fue criado por su madre, Laura Favio, una mujer que luchó por sacar adelante a sus hijos en un contexto social adverso. Su infancia estuvo marcada por la inestabilidad y las carencias, experiencias que luego se verían reflejadas en su obra cinematográfica, impregnada de una mirada tierna y compasiva hacia los sectores más vulnerables.

Comenzó su carrera en el mundo del cine como actor en la década de 1950, trabajando junto a figuras como Leopoldo Torre Nilsson. Sin embargo, fue detrás de cámara donde Favio encontró su voz más profunda. Su debut como director llegó en 1965 con Crónica de un niño solo, una obra de tono lírico y desgarrador que obtuvo el reconocimiento inmediato de la crítica, marcando un antes y un después en el cine argentino.

Un cineasta del pueblo

La filmografía de Favio es breve pero intensa. Entre sus películas más destacadas se encuentran El romance del Aniceto y la Francisca (1967), Nazareno Cruz y el lobo (1975) y Gatica, el mono (1993). Su estilo, poético y a la vez profundamente social, lo convirtió en un cineasta querido tanto por el público como por la crítica especializada. Favio no buscaba simplemente contar historias: las vivía, las sufría y las ofrecía como una forma de arte que dignificaba a sus personajes.

En palabras del propio director: “Yo filmo como el que canta una canción de amor”. Y así fue. Sus películas, cargadas de simbolismo y emoción, retratan con belleza y dolor a los marginados, a los soñadores, a los que viven en los márgenes de la historia oficial.

La voz de la canción popular

Paralelamente a su carrera cinematográfica, Favio desarrolló una exitosa trayectoria como cantante y compositor. En los años 60 y 70 se convirtió en un ídolo de la música romántica, con éxitos como Fuiste mía un verano, Ella ya me olvidó y O quizás simplemente le regale una rosa. Su voz suave, su estilo íntimo y sus letras cargadas de nostalgia lo transformaron en uno de los grandes referentes de la canción popular latinoamericana.

Sus canciones, muchas veces inspiradas en vivencias personales, trascendieron generaciones y fronteras. Incluso quienes no conocieron su cine, reconocen en sus melodías un eco de amor y dolor que sigue vigente.

Compromiso y legado

Leonardo Favio también fue un hombre profundamente comprometido con sus ideales políticos. Admirador de Perón y militante peronista hasta el final de sus días, supo poner su arte al servicio de sus convicciones. Su documental Perón, sinfonía del sentimiento (1999) es una de las piezas audiovisuales más extensas y emotivas sobre la historia del movimiento justicialista.

Favio falleció el 5 de noviembre de 2012 a los 74 años, dejando un legado artístico incomparable. Su figura es recordada no solo por su talento, sino por su autenticidad y su ternura. En cada aniversario de su nacimiento, se multiplican los homenajes, las funciones especiales de sus películas y las reinterpretaciones de sus canciones.

Un faro para las nuevas generaciones

Hoy, a 87 años de su nacimiento, Leonardo Favio sigue siendo una referencia fundamental para artistas jóvenes que encuentran en su obra un modelo de integridad artística y de compromiso humano. Universidades, centros culturales, músicos y cineastas continúan estudiando y revalorizando su legado, entendiendo que Favio fue —y es— mucho más que un artista: fue un hombre que supo hablarle al alma del pueblo.

En tiempos de cambios vertiginosos, su obra permanece como un refugio de sensibilidad y profundidad. Su arte, lejos de perder vigencia, se vuelve cada vez más necesario. Porque como él mismo dijo alguna vez, “el arte debe ser una caricia al alma del pueblo”.

Hoy, Argentina celebra el nacimiento de un hombre que supo mirar con ternura lo que muchos prefirieron ignorar. Leonardo Favio vive en sus películas, en sus canciones, y en cada rincón donde el arte sigue siendo un acto de amor.

mayo 28, 2025