Se celebra un nuevo aniversario del nacimiento de Litto Nebbia, músico, compositor y productor argentino nacido el 21 de julio de 1948 en Rosario. Considerado uno de los padres fundadores del rock nacional, Nebbia no solo fue pionero en introducir el idioma español en el género, sino que también es referente de una obra musical ininterrumpida que atraviesa más de cinco décadas de historia cultural argentina.
Autor de la mítica canción La balsa, que compuso junto a Tanguito en 1967, y que se convirtió en el primer gran éxito del rock argentino, Litto Nebbia fue pieza clave en la transformación de una movida juvenil en un fenómeno artístico con identidad propia. Desde entonces, su trayectoria combina creatividad, compromiso, independencia y una inquebrantable pasión por la música.
De Rosario al mundo
Litto Nebbia creció en un hogar donde la música estaba siempre presente. Su padre era aficionado al tango y su madre lo acompañaba con el canto. Aprendió a tocar la armónica y la guitarra desde niño, y a los doce años ya formaba parte de pequeños grupos musicales en su ciudad natal.
A mediados de los años 60, ya instalado en Buenos Aires, fundó Los Gatos, una banda que rompió con los esquemas musicales dominantes y se convirtió en símbolo de una nueva generación que buscaba expresarse con sus propias palabras. La balsa, con su letra simple y existencialista, marcó un antes y un después en la historia del rock en español, vendiendo más de 200.000 copias y consolidando el surgimiento de una escena nacional.
Tras la disolución de Los Gatos, Nebbia inició una fecunda carrera solista en la que experimentó con diversos géneros —rock, jazz, tango, folklore, música popular brasileña— y trabajó con artistas de todas las épocas, como León Gieco, Fito Páez, Charly García y Mercedes Sosa. Su discografía es una de las más extensas del país, con más de 100 álbumes editados y canciones que ya son parte del cancionero argentino, como Sólo se trata de vivir, Rosemary, El bohemio, y Quien quiera oír que oiga.
Un artista independiente
Desde la década del ’80, Litto Nebbia ha sido un ferviente defensor de la autogestión y la independencia artística. Fundó su propio sello discográfico, Melopea, desde donde editó no solo sus trabajos, sino también los de músicos emergentes o marginados de la industria tradicional. Melopea se convirtió en un espacio de resistencia cultural durante épocas difíciles, apostando siempre por la calidad musical y el compromiso estético.
Además de su labor como músico, Nebbia también se desempeñó como productor, arreglador y mentor de nuevos artistas. Su figura ha sido reconocida con múltiples premios, entre ellos el Premio Konex, el Premio Gardel a la trayectoria y la Mención de Honor «Senador Domingo Faustino Sarmiento» otorgada por el Senado de la Nación.
Un legado vivo
A sus 77 años, Litto Nebbia continúa activo, componiendo, grabando y presentándose en vivo. En sus redes sociales comparte reflexiones, letras inéditas y proyectos musicales que revelan una curiosidad inagotable y un compromiso ético con el arte.
“El rock nacional no fue solo una música. Fue una forma de pensar, una manera de plantarse frente al mundo”, declaró en una reciente entrevista. Su legado no es solo musical, sino también cultural y humano. Representa a esa generación que, en tiempos difíciles, eligió cantar en su propio idioma y contar su propia historia.
Hoy, al celebrarse un nuevo aniversario de su nacimiento, distintas instituciones culturales, radios y espacios musicales le rinden homenaje. Su figura, lejos de pertenecer al pasado, sigue inspirando a jóvenes artistas que encuentran en él un ejemplo de coherencia, sensibilidad y amor por la música.
Litto Nebbia no solo compuso canciones. Ayudó a construir una identidad. Y mientras siga escribiendo melodías y letras con el alma, su obra seguirá creciendo como un río que no se detiene.