En el marco de un rediseño de su política de cobertura de medicamentos, el Programa de Atención Médica Integral (PAMI) implementó cambios significativos que afectan a miles de sus afiliados. A partir de ahora, más de 40 medicamentos que hasta el momento contaban con cobertura del 100% pasarán a tener un esquema de copago variable, con descuentos que van del 80% al 40% del precio de venta al público.
La medida fue oficializada esta semana y, según informaron desde el organismo, busca «optimizar el uso de los recursos y garantizar la sostenibilidad del sistema de salud pública para los jubilados y pensionados».
Qué medicamentos dejarán de tener cobertura total
Los medicamentos afectados por esta modificación incluyen principalmente antiparasitarios, antibióticos de uso común y corticoides, que ahora deberán ser abonados en parte por los afiliados. Según fuentes del organismo, el porcentaje de copago promedio será del 30%, aunque en algunos casos podría ser mayor o menor dependiendo del principio activo, la marca y la farmacia adherida.
Desde PAMI explicaron que la decisión se basó en un criterio de priorización clínica y epidemiológica, y argumentaron que “los medicamentos alcanzados por esta modificación no son considerados prioritarios para el tratamiento de enfermedades prolongadas o crónicas”.
En esa línea, destacaron que los recursos del sistema se están enfocando en ampliar la cobertura de tratamientos de alta complejidad y patologías graves, lo cual consideran prioritario en el actual contexto presupuestario.
Nuevas incorporaciones con cobertura del 100%
En paralelo con la quita de cobertura total en estos 40 medicamentos, PAMI anunció que incorporó nuevas moléculas y principios activos al vademécum de medicamentos gratuitos, principalmente vinculados a tratamientos de enfermedades complejas y crónicas.
Entre ellos, se destacan nuevos fármacos para tratar:
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Cáncer de pulmón, ovario, mama, próstata, melanoma y mesotelioma.
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Diabetes en combinación con insuficiencia cardíaca o renal.
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Enfermedades respiratorias como la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y la fibrosis pulmonar idiopática.
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Enfermedades inflamatorias crónicas del intestino como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn.
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Infecciones oculares severas, edema macular diabético, entre otros.
Según se informó, estos medicamentos ahora tienen cobertura total (100%) bajo el programa de tratamientos especiales, y se suman a una larga lista de enfermedades ya contempladas por el PAMI, como:
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Patologías cardiovasculares
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VIH
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Hemofilia
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Hepatitis
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Trasplantes
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Diabetes
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Enfermedades oncológicas
Fundamentos de la medida: eficiencia, sostenibilidad y foco en lo prioritario
Desde la actual gestión del PAMI, el organismo viene atravesando un proceso de revisión integral de sus programas, con el objetivo de mejorar la eficiencia en la administración de recursos y garantizar su sustentabilidad en el tiempo.
“La medida tiene como objetivo lograr un manejo eficiente y planificado de los recursos, en el que se priorice la sustentabilidad presupuestaria para salvaguardar la salud de los afiliados”, explicaron desde la entidad, que hoy brinda servicios a más de 5 millones de jubilados y pensionados.
Se trata de una estrategia que responde también al contexto general del Estado nacional, donde el Gobierno de Javier Milei ha impulsado recortes y reasignaciones presupuestarias en varias áreas. Sin embargo, desde PAMI remarcan que las decisiones se tomaron bajo criterios médicos y no económicos: “Apuntamos a garantizar la cobertura de medicamentos realmente necesarios para enfermedades prevalentes y tratamientos prolongados”.
Reacciones: preocupación por el impacto entre los sectores más vulnerables
Si bien desde el organismo destacan que la cobertura total de medicamentos para enfermedades graves está garantizada y en algunos casos ampliada, la decisión de quitar el 100% de cobertura a ciertos fármacos generó preocupación entre afiliados y especialistas.
Desde asociaciones de defensa de los derechos de las personas mayores advirtieron que, aunque los medicamentos con copago no sean para enfermedades crónicas, muchos son utilizados de forma habitual en tratamientos recurrentes. “Los antibióticos y corticoides, aunque no sean parte de tratamientos largos, son necesarios con frecuencia en personas mayores que tienen problemas respiratorios o infecciones reiteradas”, advirtió una médica geriatra del Hospital Rivadavia.
A su vez, algunos gremios y centros de jubilados expresaron inquietud ante la posibilidad de que este tipo de medidas se generalicen en el futuro. “Sabemos que hay un esfuerzo por priorizar los medicamentos más costosos, pero también nos preocupa que se esté trasladando una carga adicional a los jubilados, que ya destinan buena parte de sus ingresos a medicamentos, alimentos y servicios esenciales”, indicó el presidente de un centro de jubilados de La Matanza.
En promedio, el 80% de los afiliados al PAMI consumen algún tipo de medicación diaria. Por esta razón, cualquier modificación en el esquema de cobertura tiene un impacto directo en el poder adquisitivo de los beneficiarios.
¿Cómo saber si un medicamento fue afectado?
PAMI habilitó un canal de consulta en su sitio web oficial para que los afiliados puedan chequear si los medicamentos que utilizan han sufrido cambios en la cobertura. También pueden acercarse a su farmacia habitual o comunicarse con la línea gratuita 138 para recibir orientación.
En caso de tratamientos prolongados, los afiliados pueden presentar un pedido médico justificado para solicitar la continuidad de la cobertura total, si el profesional considera que se trata de un caso particular de riesgo o vulnerabilidad.
Un sistema en transformación
PAMI continúa avanzando en la digitalización del acceso a medicamentos, con recetas electrónicas y un sistema de validación en tiempo real que permite controlar el stock y los consumos. La intención, según afirman desde el organismo, es evitar desvíos de fondos, fraudes y garantizar que el beneficio llegue directamente al afiliado que lo necesita.
En el último año, el programa de medicamentos gratuitos de PAMI alcanzó a más de 4 millones de personas, y se estima que las nuevas incorporaciones al vademécum implicarán una inversión importante en tratamientos de alta complejidad. Sin embargo, la pregunta que comienza a instalarse es si ese foco se mantendrá sin dejar desprotegidos a quienes también necesitan atención para dolencias más frecuentes pero igualmente necesarias.
