Este domingo 7 de septiembre de 2025, los bonaerenses acuden a las urnas para elegir a 46 diputados y 23 senadores provinciales, en un contexto cargado de tensión política, económica y social. Se trata de una elección desdoblada, separada de los comicios nacionales, que representa un escenario decisivo para dirimir el modelo de país que se imponga en el corto plazo.
En las calles de La Plata y otras partes de la provincia, los testimonios reflejan una convivencia de descontento y esperanza. Ariana, una enfermera platense, relata: “Lo peor ya pasó. Llegan días más lindos… el invierno fue duro. Algunas mañanas venía en bicicleta y llegaba al trabajo con los labios cortados por el frío”. Su voz, una entre tantas, resume la lucha diaria de los trabajadores ante la crisis económica y climática que atraviesan.
Las principales preocupaciones que dominan la agenda pública son el desempleo, la inseguridad y la inflación. El temor a perder el trabajo es el principal problema para el 41 % de los bonaerenses, seguido por la inseguridad (23 %). Esa percepción también se refleja en otros estudios, donde la seguridad ya supera incluso a la pobreza como la preocupación más acuciante.
El ausentismo es otro desafío. En las elecciones de 2023, más de 3,3 millones de electores no concurrieron a votar, situando la participación alrededor del 76 %. Para estos comicios de septiembre se teme una participación aún menor, lo que podría alterar el resultado si los desencantados deciden no ir a votar.
En el plano político, la elección enfrenta dos modelos: el liberal de Javier Milei, que propone drásticos ajustes fiscales y menor intervención estatal, contra el peronismo expansivo que encabeza Axel Kicillof, con énfasis en defensa del empleo, la industria y el gasto social.
En los últimos días, Kicillof llevó sus críticas al centro de la escena: durante un acto por el Día de la Industria, lo calificó como un modelo “antiproductivo”, basado en la especulación financiera y la desregulación, que habría deteriorado el entramado industrial y laboral de la provincia. Por su parte, Milei también reforzó su discurso polarizante: desde La Plata envió un claro llamado a “sacarlos a patadas” —en referencia al kirchnerismo— y llamó a votar como un acto de “defensa personal”, destacando su gestión en materia de estabilización de la inflación y lucha contra la inseguridad.
Analistas como Guillermo Farina y Lucas Romero son claros: aunque es una elección provincial, sus repercusiones serán políticas y simbólicas a nivel nacional. Se la observa como un termómetro clave sobre el rumbo que tomará el país, especialmente de cara a las legislativas nacionales de octubre.
Claves del clima electoral en la provincia de Buenos Aires
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Agenda de la ciudadanía: desempleo, inflación e inseguridad son los problemas más relevantes para los votantes.
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Testimonios reales: relatos como el de Ariana, enfermera que sufre las secuelas del frío y la crisis, reflejan el impacto tangible de la coyuntura.
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Ausentismo inquietante: más de 3 millones de electores no votaron en 2023; la participación hoy es clave.
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Modelos en pugna: el ajuste liberal de Milei versus el modelo social expansivo del peronismo de Kicillof.
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Discurso polarizado: fuertes declaraciones de ambos bandos exacerban el tono del debate político.
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Relevancia nacional: el resultado bonaerense será interpretado como un barómetro de fuerza política pre-electoral nacional
Este ambiente de votación se vive como una verdadera encrucijada entre expectativas y desencantos, con ciudadanos que trasladan sus inquietudes económicas, sociales y cotidianas a la urna. La mirada en la calle es heterogénea, pero converge en una certeza: estas elecciones reflejarán el ánimo real de una provincia que representa el 40 % del padrón nacional.
