La reciente renuncia de José Luis Espert a su candidatura como cabeza de lista de La Libertad Avanza (LLA) en la provincia de Buenos Aires ha generado un verdadero terremoto político, judicial y económico a solo quince días de las elecciones. En medio de un contexto ya caldeado, la decisión del oficialismo de reemplazarlo por el diputado Diego Santilli desató una serie de controversias que van desde debates legales hasta cuestionamientos sobre el exorbitante costo que implicaría modificar las boletas ya impresas.

Espert, que enfrentaba una fuerte presión pública tras su vínculo con un escándalo de narcotráfico que involucraba a uno de sus principales asesores, finalmente dio un paso al costado. Sin perder tiempo, su sucesor fue anunciado: el macrista Diego Santilli, un nombre de peso en la política bonaerense, que a pesar de militar en el PRO, se alineó en los últimos meses con el proyecto libertario del presidente Javier Milei. La designación se oficializó pocas horas después de la renuncia de Espert, y Santilli no tardó en comenzar su campaña como nuevo abanderado de LLA.

La boleta de los 15 mil millones: el problema de la reimpresión

El punto más sensible del reemplazo, sin embargo, gira en torno a la posibilidad –o no– de reimprimir las boletas únicas con la imagen de Santilli, en lugar de Espert. Dado que el material electoral ya comenzó a distribuirse y gran parte de las boletas está impresa, la opción de actualizar el nombre y la foto del candidato tiene implicancias logísticas complejas y un impacto económico brutal: los costos estimados rondan entre 7.500 y 15 mil millones de pesos, según distintas fuentes del ámbito electoral.

La cifra es astronómica y llega en un momento de fuertes restricciones fiscales, recortes presupuestarios y protestas por la falta de financiamiento en áreas críticas como salud, educación, universidades y jubilaciones. Esto ha avivado las críticas de la oposición y de varios sectores sociales, que consideran inadmisible que el Estado afronte un gasto de semejante magnitud solo para modificar el rostro de un candidato en la boleta de una sola fuerza política.

El diputado Esteban Paulón, por ejemplo, presentó un proyecto legislativo en el que solicita que, en caso de realizarse la reimpresión, los costos corran exclusivamente por cuenta de La Libertad Avanza. “No se puede permitir que el capricho del Gobierno lo pague toda la sociedad”, sostuvo. En redes sociales, su consigna fue clara: “No con la nuestra”.

Debate legal y jurisprudencia electoral

Pero no todo se reduce al dinero. El reemplazo de Espert también abrió un debate legal sobre la aplicación del decreto reglamentario de la ley de cupos y la normativa electoral vigente. Según la reglamentación, cuando un candidato renuncia o fallece, debe ser sustituido por la persona del mismo género que le siga en la lista. Sin embargo, esta regla tiene excepciones en el caso del primer lugar de la boleta, y la interpretación jurídica varía según los antecedentes y el contexto.

En este sentido, se espera que la justicia electoral deba intervenir para definir si el reemplazo de Espert por Santilli es legítimo desde el punto de vista normativo, o si, por el contrario, se trata de una maniobra política encubierta en argumentos legales endebles. La oposición ya adelantó que buscará impugnar el cambio o, al menos, frenar la reimpresión de boletas, para evitar que el Estado incurra en ese gasto adicional.

Los tiempos no cierran: el reloj electoral apremia

Más allá del debate político y judicial, el factor tiempo se vuelve determinante. A tan solo dos semanas de las elecciones, y con cerca del 50% de las boletas ya impresas, controladas y distribuidas, el margen para una reimpresión completa es prácticamente nulo. Especialistas estiman que se necesitan al menos 12 días para reimprimir, clasificar y redistribuir las boletas en todo el territorio bonaerense.

De no resolverse de inmediato la autorización judicial y la logística, todo apunta a que, pese a no ser ya candidato, José Luis Espert podría seguir figurando como el rostro visible en las papeletas electorales de La Libertad Avanza. Esto generaría confusión en el electorado, pero también podría abrir la puerta a futuras impugnaciones, especialmente si la lista encabezada por Santilli logra un caudal importante de votos.

Una candidatura con prontuario político

El nuevo protagonista de esta historia, Diego Santilli, tampoco está exento de críticas. Aunque ahora se muestra como un férreo defensor de Milei y su plan de gobierno, Santilli tiene una larga trayectoria política ligada al macrismo y otros espacios tradicionales. Desde la oposición no tardaron en recordar su paso por distintos gobiernos: Menem, Duhalde, Ruckauf, Macri y Rodríguez Larreta, entre otros.

El propio Espert, en su momento, había criticado duramente al “Colorado” por su prolongada carrera política, su flexibilidad ideológica y su supuesta dependencia del aparato estatal. Viejos tuits en los que Espert lo acusaba de ser parte del “problema estructural del país” fueron reflotados en redes sociales, generando un clima de tensión entre ambas figuras, ahora separadas por los avatares de una campaña electoral en crisis.

«Las Fuerzas del Cielo» y la campaña de redes

Mientras tanto, los seguidores de Milei no perdieron tiempo en adaptar su campaña digital. Las cuentas oficialistas en redes sociales ya publicaron imágenes de apoyo a Santilli, muchas de ellas intervenidas con el característico tono sarcástico del universo libertario. Pelucas coloradas, memes y consignas bíblicas adornaron las publicaciones, bajo el lema de “Las Fuerzas del Cielo” respaldando al nuevo candidato.

La rapidez del operativo digital contrasta con la lentitud burocrática que ahora enfrenta el Gobierno, que debe decidir si insiste con una reimpresión costosa o si admite que el nombre de Santilli no podrá aparecer en las boletas, pese a ser el candidato oficial.

Conclusión: entre la urgencia, el costo y la legalidad

La renuncia de Espert se convirtió en un verdadero caso testigo sobre cómo una campaña electoral puede implosionar en cuestión de días por errores de casting político. La improvisación, la falta de previsión legal y los costos altísimos asociados a cambios de último momento exponen al Gobierno de Javier Milei a duras críticas, tanto por parte de la oposición como de la ciudadanía.

Si la justicia no habilita la reimpresión y los plazos no alcanzan, Diego Santilli competirá en las urnas, pero con la cara de otro. Una paradoja electoral que podría tener consecuencias inesperadas en una elección ya marcada por la polarización, la desconfianza y el hastío social.

octubre 6, 2025