Este año se conmemora el 213º aniversario de la creación del Regimiento de Granaderos a Caballo «General San Martín», una de las instituciones militares más emblemáticas de la historia argentina. Fundado el 16 de marzo de 1812 por el entonces coronel José de San Martín, el cuerpo fue concebido como una fuerza de élite destinada a garantizar la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata y se transformó, con el tiempo, en un símbolo de honor, valor y vocación patriótica.

Su nacimiento marcó el inicio de una nueva etapa en el proceso revolucionario, donde la disciplina militar moderna, el compromiso con la libertad y la estrategia profesional se fusionaron con los ideales de emancipación que atravesaban a toda América Latina. Hoy, más de dos siglos después, el Regimiento sigue siendo una pieza clave del ceremonial nacional y una referencia de excelencia dentro del Ejército Argentino.

San Martín y la necesidad de un cuerpo de élite

Recién llegado de Europa, José de San Martín trajo consigo no solo la experiencia militar adquirida en las guerras napoleónicas, sino también una visión clara de la importancia de contar con tropas disciplinadas, entrenadas y motivadas por un ideal superior. En ese contexto, propuso la formación de un cuerpo de caballería capaz de cumplir misiones estratégicas y defender la causa de la independencia con una ética militar rigurosa.

El 16 de marzo de 1812, el Primer Triunvirato autorizó la creación del nuevo regimiento. San Martín asumió el mando y se dedicó personalmente a su organización, instrucción y moral. Lo integraron criollos, mestizos, afrodescendientes, y también algunos europeos, todos unidos por el deseo de combatir por la libertad del continente.

No era un regimiento cualquiera. Desde el inicio, San Martín impuso normas estrictas de conducta, disciplina, compañerismo y sentido del deber. La caballería no solo debía ser eficaz en el campo de batalla, sino también ejemplar en su comportamiento. Así nació el germen del espíritu granadero, que perdura hasta hoy.

Batallas decisivas y un legado heroico

El bautismo de fuego del regimiento llegó pocos meses después de su creación, en la batalla de San Lorenzo, el 3 de febrero de 1813. En ese combate, los granaderos derrotaron a una columna realista que había desembarcado en Santa Fe con intenciones de hostigar el litoral. Fue una victoria rápida pero clave, que consolidó el prestigio del regimiento y la figura de San Martín como estratega.

Luego vendrían campañas más exigentes: la del Alto Perú, la del Ejército de los Andes, y la célebre gesta libertadora en Chile y Perú. Los Granaderos a Caballo acompañaron a San Martín en el Cruce de los Andes y en las batallas de Chacabuco, Maipú y Cancha Rayada, entre otras, siendo protagonistas de una epopeya que cambió el destino de América del Sur.

Tras el retiro de San Martín y la finalización de las guerras de independencia, el regimiento fue disuelto temporalmente, pero fue reactivado en diferentes momentos históricos. En 1903 fue reorganizado como unidad de escolta presidencial, función que mantiene hasta hoy.

Los granaderos en el presente

Hoy el Regimiento de Granaderos a Caballo es conocido por su presencia en actos oficiales, ceremonias patrias y recepciones a mandatarios extranjeros. Su uniforme azul, rojo y dorado, diseñado por el propio San Martín, es uno de los más reconocibles del país y evoca inmediatamente la tradición sanmartiniana.

Además de su función ceremonial, el regimiento participa en actividades educativas, culturales y comunitarias. También es guardia de honor permanente en el Mausoleo del General San Martín, ubicado en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, donde descansan los restos del Libertador.

Los valores que rigen al regimiento son los mismos que San Martín inculcó en 1812: disciplina, respeto, patriotismo, solidaridad y coraje. Los soldados que lo integran reciben una formación rigurosa, no solo militar, sino también ética e histórica. Ser granadero hoy implica representar los ideales más nobles de la nación.

Una fecha para reflexionar

Este nuevo aniversario invita a rendir homenaje no solo a quienes formaron parte del regimiento a lo largo de la historia, sino también al ideario de San Martín, que sigue vigente en el imaginario argentino: la entrega al bien común, el respeto por la libertad de los pueblos, y el sacrificio personal en pos de la independencia.

En actos realizados en diferentes puntos del país, se recordó con emoción la creación del cuerpo y su relevancia histórica. En el cuartel central del regimiento, ubicado en Palermo, se realizó una ceremonia oficial encabezada por autoridades militares, funcionarios del gobierno y familiares de granaderos. Se destacó el rol del regimiento como puente entre el pasado y el presente, y como custodio de los valores fundacionales de la República.

Un símbolo que trasciende el uniforme

A más de 200 años de su fundación, el Regimiento de Granaderos a Caballo no es solo una unidad militar: es un símbolo vivo de la historia argentina. Representa lo mejor del legado sanmartiniano y mantiene encendida la llama de la libertad que tantos dieron la vida por conquistar.

En tiempos donde los valores pueden parecer difusos, el ejemplo de aquellos hombres que, bajo el mando de San Martín, cruzaron los Andes para liberar a un continente, sigue siendo una brújula moral y una inspiración.

Cada 16 de marzo, los granaderos vuelven a cabalgar en la memoria colectiva del país. Y con ellos, la figura inmortal del Libertador.

marzo 16, 2025